Ponemos fecha al origen del dolor de Tamara Falcó por la ausencia de su hermano Enrique Iglesias

Tamara Falcó lamenta profundamente que uno de sus hermanos mayores, Enrique Iglesias, no estuviera en su boda. Desde Lecturas ponemos fecha a cuándo empezó ese sentimiento

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foto autor Conchi
Conchi Álvarez de Cienfuegos

Redactora Jefe de Clara Corazón

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El dolor de Tamara Falcó con Julio y Enrique Iglesias por su ausencia en el día más feliz de su vida

Tamara Falcó

En España, el año 1982 es una revolución constante. Felipe González ha arrasado en las elecciones, la Movida Madrileña pega sus últimos coletazos, las hombreras empiezan a ganar relevancia y el famoseo patrio lo dirigen Isabel Preysler y Carlos Falcó con su preciosa hija Tamara, de tan solo un año, entre los brazos. Pero no todo es luz y color. Uno de los aspectos más amargos de esta década tiene que ver con el auge de ETA y su terrorismo sangriento y descontrolado. Y en el dolor de Tamara Falcó y Enrique Iglesias, el comando terrorista tiene mucho que ver.

El suceso que convirtió a Julio Iglesias en un obseso de la seguridad

Hasta el año 1982, los hermanos Iglesias Preysler, Chábeli, Julio y Enrique vivían con su madre. Tras el divorcio de Julio Iglesias, Isabel se había quedado con la custodia de los tres niños. Era lo más lógico ya que la profesión del padre le hacía pasar largas temporadas fuera de casa y los menores necesitaban una figura de responsabilidad que no estuviese ausente. Por tanto, cuando la socialité se casó  en 1980 con Carlos Falcó, todos pasaron a vivir juntos. Un año más tarde, la familia se ampliaría con el nacimiento de Tamara Isabel, el verdadero nombre de la influencer y chef. 

Isabel Presyler, Carlos Falcó y Tamara

Pero 1981 también trajo desgracias a la familia. Ese año está marcado por la venida al mundo de esa pequeña simpática y de buen comer pero, también, por uno de los grandes traumas de la familia Iglesias: el secuestro del doctor Iglesias Puga, Papuchi. El 29 de diciembre, Julio se despertó con la fatídica noticia de que su progenitor, su guía, había sido secuestrado por un comando del grupo terrorista ETA. Fueron días de angustia y dolor, sin saber cómo estaba o si estaba vivo. Los terroristas buscaban extorsionar al artista y así lo contaría años más tarde. “Esto lo han hecho porque yo soy Julio Iglesias. Yo les doy lo que quieran. Malvivo si hace falta. Yo lo que quiero es que me devuelvan a mi padre vivo”. Pero no fue necesario. Veinte días más tarde, se producía la liberación del ginecólogo. Estaba sano y no se pagó ningún rescate por él. Los geos le encontraron en un piso en Zaragoza y, tras ello, la vida de todos a su alrededor cambió para siempre. 

“Estábamos de viaje con mi madre y mis hermanos y nos enteramos de lo que había pasado”, contó Julio José en ‘Lazos de sangre’, “aquello fue un trauma grande para mi familia”. Lo cierto es que no era la primera vez que ETA planeaba raptar a alguien del entorno del artista, apenas tres meses antes lo habían intentado con Chábeli, la hija mayor de Julio y “su ojito derecho”.

La decisión de Julio e Isabel Preysler que cambió la vida de Tamara

La cosa era seria. Esto ya afectaba no solo a los adultos sino también a los niños. A raíz de entonces, los tres hijos Iglesias Preysler llevarían escolta. Irían siempre acompañados por alguien de seguridad y se extremaría su vigilancia. “Íbamos a fútbol o al colegio con guardaespaldas”, recuerda Julio José, “era surrealista”. Aún así los padres no estaban tranquilos, especialmente el de Cartagena para quien la seguridad se había convertido en una obsesión. Todo era susceptible de ser un peligro, así que se acordó una durísima decisión: los niños se mudarían a Miami. Esto suponía que niños de 9, 8 y 7 años dejaran de vivir con su madre, la figura que más conocían y a la que sentían apego. Que cambiaran por completo sus rutinas, que aprendiesen un idioma que desconocían y que, también, dijeran adiós a su hermanita bebé. Si las circunstancias hubiesen sido otras, Tamara Falcó se habría criado con Chábeli, Julio jr. Y Enrique. Pero fueron las que fueron. Y a ella se le arrebató la posibilidad de crecer en casa con sus hermanos por parte de madre. 

 

A partir de entonces, los tres hermanos vivirían y estudiarían a miles de kilómetros de su madre. La necesidad mandaba. No lo hacían por gusto, sino por miedo. E Isabel, haciendo el mayor acto de fortaleza de su vida, les daba ánimos aunque para ella significara estar con el corazón roto. "Echábamos de menos a mi madre", contaría Enrique en algunas entrevistas, "además no era fácil porque mi padre viajaba mucho. A veces podía pasar solo un día de todo el mes en casa". Fue entonces cuando surgió la figura de La Seño, una cuidadora que sería casi una segunda madre para ellos. Ella fue la que le dio el dinero a Enrique para que grabara su primera maqueta. 

Veranos, vacaciones y ocasiones especiales. Así ha sido la relación de Tamara Falcó con sus hermanos mayores

A partir de entonces, las vacaciones serían con mamá y en España. Los tres viajarían hasta Madrid y pasarían con ella las fiestas. Con ella y con sus hermanitas, primero con Tamara y, después, con Ana. 

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Con 20 años, Enrique Iglesias se convierte en todo un fenómeno internacional. Su primer disco es una absoluta sensación y, a partir de entonces, vivirá centrado en su carrera profesional. Su trabajo resulta de lo más absorbente, por lo que las visitas al hogar materno empiezan a espaciarse. Cuando su hermano arrasa en ventas, Tamara Falcó tiene 14 años y ella también tiene que hacer un ejercicio de entender por qué ahora  le ve mucho menos que antes. 

La marcadísima ausencia de Enrique en la boda de Tamara Falcó

"Él y yo hablamos", le dijo Tamara Falcó a Joaquín, en su paso por 'El Novato'. "Él no ha ido a ninguna de las bodas de mis otros hermanos (...) Siempre ha sido muy tímido. Aunqeu llene estadios, él es muy de su grupito pequeño, muy para dentro", contó para disculparle por su ausencia. "Él tenía también que querer estar ahí", zanjó.

Las bodas no son lo suyo. Las reuniones con muchas personas, tampoco. Y, en una boda con cientos de invitados, fotografiada al detalle y que va a generar miles de titulares, estaba claro que él no iba a estar a gusto. Así que declinó la invitación. A Falcó le habría gustado que estuviera pero entendió que la única manera de tenerle cerca iba a ser mediante mensaje: "Me mandó unos mensajes preciosos antes y después, y me mandó su nueva canción que está a punto de salir".

Con los años, Tamara Falcó se ha convertido en la mayor fan de su hermano, le hemos visto ir a sus conciertos y hasta desplazarse miles de kilómetros por atender a ellos. Se desvive por su familia y ha sabido entender que igual que cada persona es diferente, también lo son las relaciones con ellas. Aunque a veces se le olvide y esto provoque en ella un tremendo dolor. Suerte que Tamara sabe perdonar.

 

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