Pablo Motos (59 años) divierte cada noche a millones de personas con sus entrevistas, invitados, experimentos y alocados colaboradores. Pero además, el presentador prepara en algunas ocasiones monólogos o reflexiones con las que compartir con toda la audiencia sus pensamientos, sus inquietudes o el momento vital por el que está pasando. De hecho, el pasado miércoles 11 de junio el también productor quiso dedicar unas palabras a Álex González.
Mirando a cámara y sentado desde la mesa del plató en la que cada noche aparecen las hormigas, Pablo no dudó en dar uno de los discursos más interesantes de lo que lleva de temporada. A punto de irse de vacaciones de verano, Motos se dirigió a la audiencia de una manera muy clara para que todos hiciera una importante reflexión sobre lo que somos y los pensamientos negativos que a veces nacen de nosotros y que no deberíamos escuchar.
"Aunque solamente podemos ver el exterior de la vida, casi todo sucede en el interior de nuestro cerebro. Este hace continuamente predicciones. Todos estáis prediciendo ahora mismo las palabras que salen de mí. Así es como funciona. Pero no siempre funciona bien. ¿Con qué frecuencia te aterrorizas con tus propios pensamientos aunque no haya pasado nada? Solo pensando", comenzó diciendo.
"Es verdad que nos meten miedo por todo: si no nos quieren, por salud, por tener más likes, por el envejecimiento, por nuestro prestigio social… Acumular demasiados miedos afecta a tu forma de ser y a base de vivir con ellos te pierdes lo bueno de la vida. Hay dos tipos de pensamiento, los que tienes tú porque los diriges y los que salen de tu cabeza porque sí. Hay más de los segundos que de los primeros", continuó expresando en un tono neutro.
"La propuesta es no tomarte en serio los que salgan de tu cabeza de manera automática. Tú no eres lo que sale sino quien lo escucha. Por lo tanto puedes decidir y tomar el mando, puede dejar que tus pensamientos no te usen y poner tu voluntad encima de la mesa. Si quieres, puedes dejar de reprocharte todo. Reprocharte algo cuando ya ha pasado es como culparse de no saber multiplicar cuando eras niño. Quita el ‘me’. Piensa el por qué. Eso baja el volumen emocional", relató Pablo en esta profunda reflexión sobre las ideas intrusivas que a veces tenemos.
"Te das cuenta de que el problema lo tiene el otro y con esto puedes aprender y quitarle importante a esos pensamientos que vienen porque sí. No admitas comentarios negativos de quien no aceptarías un consejo. Valórate, la gente que te quiere, te quiere por cómo eres no como tú quieras. Mira las cosas cosas como son, no tomes en serio los pensamientos que te hagan víctima. Rompe el espejo mental donde te miras como si la vida solo fuera eso. Deja de rumiar. La vida no es para temerla, es para vivirla", concluyó mirando a cámara para dar este importante mensaje a todos los espectadores que estaban frente al televisor en esos momentos.
Por supuesto no es la primera vez que Pablo manda un mensaje tan sentido a sus espectadores. Hace tan solo una semanas también quiso hablar de lo que es para él ser feliz. "A todos nos une la misma cosa, queremos ser felices. ¿Qué es lo que nos lo impide?", comenzó preguntando el presentador.
"Nos lo impide el miedo, el dolor, la culpa, el odio y la depresión. Y además se atraen entre ellos mucho. Esto más o menos lo sabemos. Pero, ¿qué es la felicidad? ¿La felicidad se busca? ¿La felicidad se encuentra? ¿La felicidad se crea? ¿Es algo que tienes que hacer tú? En realidad tengo la seguridad de que todos la tenemos dentro porque es nuestro estado natural si eliminas el sufrimiento que provoca el ego. Cuando tienes una buena noticia o te pasa algo bueno te das permiso para estar bien un rato quitando el resto de pensamiento y el ruido mental. Eres tú quien da permiso, por lo que la felicidad es una decisión como ir al gimnasio. Es decirte 'pase lo que pase voy a hacer mi mejor intento por superarlo y estar en paz'", explicó en 'El Hormiguero'.
"Conquistar tu mente requiere disciplina, entrenamiento y tiempo. Pero si esto no te va, la otra forma de ser feliz es ser útil. Hacer algo que ayude a los demás es la forma más alta de felicidad y afortunadamente hay gente que lo hace de forma anónima y sin hacer ruido porque el bien no hace ruido", concluyó.