La nueva fuente de ingresos de Fernando Verdasco: una desconocida faceta

Fernando Verdasco es uno de los jugadores de tenis más reconocidos del mundo del deporte, pero además tiene una nueva fuente de ingresos alejada de ese ámbito

Ana Boyer y Fernando Verdasco
Gtres
Jara Bravo
Jara Bravo

Redactora digital de Lecturas

Fernando Verdasco (39 años) es uno de los nombres de referencia en el mundo del tenis. Su juego, estrategia y esfuerzo se ha ganado la admiración de muchos aficionados al deporte. Sin embargo, el tenista no ha querido quedarse en solo en un ámbito y ha ampliado sus fuentes de ingresos, algo que se suma a los negocios y propiedades que comparte con su mujer Ana Boyer (34 años).

El famoso deportista está empezando a apostar por sus redes sociales. Desde ese pequeño espacio, Fernando se da a conocer a sus seguidores y muestra su estilo de vida, así como los altibajos en su trabajo. Esta nueva proyección ha hecho que algunas firmas hayan querido contar con su imagen para promocionar sus productos.

Además, esta nueva visibilidad le permite hacer una mayor publicidad de Cocowi Brand, la marca de gorras que el matrimonio creó en 2020 combinando las pasiones de ambos: moda y deporte. "Para los amantes de la libertad, los que se preocupan por su bienestar y los que nunca paran", se puede leer en la web de su firma, dejando claro que el proyecto tiene una identidad clara y definida.

Aunque ambos son personajes públicos, también son una de las parejas más discretas del panorama social. En el caso de Ana, siempre ha sido la más disimulada de todos sus hermanos. No obstante, como Fernando, en los últimos tiempos estamos viendo una nueva faceta, más cercana y abierta, de la hija de Isabel Preysler (72 años). Boyer no ha dudado en compartir alguna de las firmas de joyería y ropa que más le gustan y que marcan su estilo. 

Estilo de vida nómada entre Catar y España

Durante su entrevista en 'Mi casa es la tuya', Fernando y Ana no tuvieron reparos en hablar de su historia de amor y de la familia que han formado con sus dos hijos. Una vida que, por las vicisitudes del trabajo de él, nómada entre Madrid, Doha (Catar), y toda aquella ciudad en la que Verdasco tenga que competir. Darse a conocer como deportista, así como defender sus derechos al respecto, era uno de los objetivos principales de su carrera.

Por ello, para gestionar su imagen y las ganancias derivadas del deporte, Verdasco creó en 2004 ‘Ferek Imagen’ una sociedad limitada con domicilio social en Madrid dedicada a “la representación comercial y la explotación de los derechos de imagen, así como el asesoramiento técnico y administrativo de deportistas y artistas”. Durante los primeros 18 años de vida de la empresa, Verdasco la gestionó él solo, contando únicamente con el apoyo de su padre o su hermana Sara. No obstante, a finales de 2022,  Verdasco se desvinculó de su propia empresa por lo completo. Una decisión difícil de entender y sobre la cuál no se ha dado ninguna explicación.

Las propiedades de Fernando Verdasco y Ana Boyer

Pero, ¿y qué hay de las propiedades? Sus movimientos nos han permitido seguir la pista a qué han hecho con sus viviendas. En 2020 Fernando vendió el chalet que tenía en la urbanización de El Bosque por 1,6 millones de euros. El resto de los inmuebles que ha ido comprando a lo largo de su fructífera carrera en los campos de tenis, estaba a nombre de la empresa de la que se ha desvinculado. Un piso en Pozuelo de Alarcón, y dos apartamentos de verano en El Rompido (Huelva) con sus plazas de garaje correspondientes y en primera línea de playa.

De Marbella a República Dominicana, las vacaciones a todo tren de Fernando Verdasco
La pareja comenzaba sus vacaciones en Marbella en compañía de sus hijos, disfrutando del buen tiempo. Justo después, pisaban Segovia con motivo de la participación del tenista en el Open de El Espinar. Y para terminar, el matrimonio decidió darse un homenaje y qué mejor que en forma de viaje a República Dominicana. 

"¡Qué ganas tenía de conocerte!", exclamaba Verdasco en redes sociales junto a un vídeo de las islas caribeñas desde las alturas. Sin tiempo qué perder, la pareja iba hasta la paradisíaca playa. Una jornada de sol y playa entre palmeras que les ayudó a recargar energía. A juzgar por las publicaciones que ambos compartieron en Instagram se han enamorado de este enclave de aguas turquesas y arena blanca. 

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