Más de medio siglo juntos y siguen siendo ‘mucho más que dos’. Ana Belén y Víctor Manuel han conseguido lo que pocos logran: ser un equipo tan cohesionado y perfectamente encajado, que operan casi como una única entidad capaz de conservar su independencia. Parece toda una ironía pero ellos lo han hecho posible.
Cuando se conocieron a finales de la década de los 60, él no estaba emocionalmente disponible. Por aquel entonces, Víctor Manuel estaba enamorado de otra chica, pero el destino se empeñó en que debían volver a coincidir. Lo hicieron en 1972 en ‘Morbo’, una película a las órdenes de Gonzalo Suárez. Entonces, el asturiano ya era un hombre soltero y, cuando se encontró en el set con la de ‘Zampo y yo’, las chispas saltaron.
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A los pocos meses estaban casados y enseguida llegó su primer hijo, David. Marina, la benjamina de la familia, tardó 7 años más en incorporarse a esta talentosa ‘troupe’ que han hecho de la música y de la actuación su lugar seguro.
"Ellos son un gran equipo"
Si le preguntamos a Lara Ferreiro, psicóloga y experta en parejas, cuál es el gran éxito de esta relación, ella lo tiene claro: “son un equipo emocional y verdadero”. Tras analizarlos, la autora de ‘¡Ni un capullo más! El método definitivo para quererte y encontrar a tu pareja perfecta’ nos cuenta que Ana Belén y Víctor “son personas profundas, que valoran mucho el amor sólido y maduro. Que han sabido nadar en más de cinco décadas, atravesar todo tipo de complicaciones y evolucionar como pareja, de resistir. Ellos son equipo, y esa es la parte más importante”.
La terapeuta de parejas habla de superar baches y este matrimonio que se dio el ‘sí, quiero’ en Gibraltar ha pasado por unos cuantos. Quizás, al que más les costó sobreponerse fue cuando, en los 80, vivieron su peor crisis motivada por los problemas económicos. "Recuerdo un disco que se tituló 'Como una novia'. No lo pasé muy bien. Era una época jodida. Habíamos tenido muchos problemas económicos con la productora", le contó Ana Belén a Jordi Évole. Entonces, el matrimonio produjo un par de filmes junto a Isabel Pantoja que les reportó muchos beneficios pero, además, este negocio también les dejó en números rojos. “Fue una época muy difícil, porque no podíamos echarnos nada en cara, los dos estábamos metidos ahí. No sabía cómo saldríamos. Todo lo que ganamos lo perdimos”.
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La manera en la que encontraron para salir de aquello fue volver a los escenarios y seguir trabajando juntos. Una vez más su pareja les salvó de todo. Víctor Manuel y Ana Manuel se embarcaron en un proyecto conjunto que daría forma a su gran trabajo en pareja, ‘Más que dos’, unos conciertos que recogían sus grandes éxitos y en los, además, compartían escenario con buenos amigos como Joaquín Sabina, Pablo Milanés, Joan Manuel Serrat o Antonio Flores. Aquello fue un éxito apoteósico que no solo salvó sus cuentas, sino que, además, reforzó su matrimonio, demostrándose que juntos y como equipo eran mucho más fuertes.
La fórmula secreta de Ana Belén y Víctor Manuel
“Su amor empezó con esa atracción mutua que ha durado toda la vida y que se ha consolidado en una admiración mutua”; nos cuenta la psicóloga. “Si no admiras a tu pareja, pues, al final, se te va el enamoramiento. Y ellos lo han sabido mantener”, nos desliza como una de las grandes claves de su longeva historia de amor.
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“Su fórmula secreta es que son capaces de resolver los conflictos, mantienen muy buena cooperación. Creo que ellos piensan en nosotros, no en yo. No son gente egoísta, creo que son compañeros de vida y trabajo, comparten escenario, comparten economía y eso, en este caso, ayuda muchísimo”. Para llegar a este punto de resistencia, para Lara, sin duda, es clave la comunicación emocional y que mantengan una “narrativa sólida compartida”. Ellos se explican al mundo a través de su fortaleza como equipo, manteniendo los mismos valores y compromisos comunes. Todo esto ha hecho que el “tiempo no ha haya provocado un desgaste mediático, porque ambos han sabido muy bien cómo gestionar y medir sus batallas, tanto dentro de su casa como fuera de ella”.
Y no solo es eso. Lara también habla de lo complementarios que resultan el uno para el otro. “Ana Belén es elegante, cerebral, muy reflexiva, suele pensar lo que dice, es serena, reservada, perfeccionista… mientras que Víctor Manuel es más terrenal, espontáneo, cercano, tiene un carácter campechano y natural. Ellos se complementan y se equilibran, respetándose y potenciándose mutuamente”.