Queda muy poco tiempo para el gran momento: el clan Pantoja sumará un nuevo miembro a la familia. Sí, Isa Pantoja (29 años) y Asraf Beno (29 años) se van a convertir en padres de su primer hijo en común durante este fin de semana. O al menos así debería ser porque la hermana de Kiko Rivera ya ha salido de cuentas. Ilusionados, felices y algo nerviosos por la buena nueva, los futuros papás están ansiosos por la llegada del bebé, pero parece que el pequeño está muy a gusto dentro de la barriguita de su mamá y el momento se está retrasando.
Hace tan solo un día que la hija de Isabel Pantoja compartía con todos sus fans un divertido vídeo en el que confesaba que estaba haciendo todo lo posible para que el bebé se encajara de una vez. Isa ha comida piña, ha salido a andar, ha hecho pilates, ha ido a nadar, ha ido en cuclillas, ha gateado, ha bebido un té de hojas de frambuesa, ha subido y bajado escaleras, se puesto a bailar... Sin duda ha seguido todos los consejos posibles para ponerse de parto. Pero por ahora no ha habido suerte.
Los papás tienen todo preparado para la llegada del bebé. La maletilla para llevar al hospital o la nueva habitación, pero es cierto que lo que más les está costando escoger es el nombre que tendrá. "No le voy a poner Mohamed, pero tampoco Jesús. Algo más moderno, más internacional. Algo como Michael, que sería fácil de pronunciar, o Lucas", nos contó Isa en Lecturas.
De hecho, hace tan solo unos días que la mujer de Asraf dejó claro que todavía no lo tenían decidido y que querían esperar al nacimiento para saber cómo le iban a poner finalmente. "Vamos a esperar a verle la carita, tal cual, para decidir qué nombre le ponemos", dijo a través de sus redes sociales. Eso sí, hay una idea que no se quita de la cabeza: "Yo quiero que empiece por la A, como Albert y Asraf".
A punto de que llegue este precioso momento, ha sido Luis Pliego, director de la revista Lecturas, el que ha dado la última hora sobre el embarazo de la también influencer: "Acabo de hablar con la mejor amiga de Isa Pantoja, me dice que se está yendo para su casa, que se espera que sea entre el lunes o el martes y si no es se lo van a provocar. De momento no está programado".
Muy cansada del embarazo (aunque la verdad es que le ha ido muy bien y casi no ha tenido ninguna molestia), Isa confesó hace unos días cuál era el mayor miedo que tenía antes de dar a luz. "Tengo muy mal recuerdo de la cesárea pero si tiene que ser así, también estoy preparada para aceptar lo que será mejor para mí y para el bebé. Mi primer hijo fue por cesárea, y lo que fue la recuperación fue horrorosa los primeros días, que no me podía hacer cargo de él, me dolía todo, no podía hacer nada. En casa también lo pasé muy mal en la recuperación. Me da miedo el no poder dilatar. Eso es lo que me da miedo del proceso del parto. Los empujes y tal no, porque me he preparado muchísimo", relató.
Un gran susto durante el embarazo
Eso sí, en este proceso también ha habido algún que otro susto. Y es que durante la semana 35 de embarazo Isa confesó que en una de sus revisiones el médico la dejó totalmente aterrada con lo que le dijo. "El otro día me llevé un gran susto, aunque por suerte ahora estoy más tranquila y todo ha salido bien. Solo me quedan 5 semanas, pero resulta que en la 32 tuve un revisión en el hospital por la Seguridad Social donde me decían cuánto medía y cuánto pesaba y que todo estaba bien. Me dijeron que tenía el percentil bajito, en 09, y que pesaba 1,5 kilos. Obviamente me asusté porque no entendía nada", explicó a sus seguidores.
"A los 5 días fui a una revisión con mi ginecóloga, Raquel, que es la que me está llevando el embarazo y con la que voy a dar a luz. Tenía un montón de dudas, así que esperé esos 5 días y cuando me vio le dije que estaba preocupada por lo que me habían dicho en el médico. 'Pero Isabel, si el bebé pesa 2,01 kilos. Está perfecto. Está en percentil 49-50', me dijo. Así que me llevé ese susto porque tuvieron que equivocarse. Es imposible que en cuestión de cinco días haya cogido medio kilo", relató la hija de la tonadillera. Una noticia que finalmente quedó en un tremendo susto sin importancia.