Desde hace dos meses, Kanye West reúne a la flor y nata del famoseo de Los Ángeles en unos conciertos-servicios religiosos que da todos los domingos. Esta misa, que empezó siendo una reunión entre familiares y amigos del cantante –a la que nunca faltan, por supuesto, las Kardashian– dio un salto durante el festival Coachella y ha llegado a otro nivel. El cantante actuó en el festival pero, en lugar de dar un concierto al uso, concedió uno de sus servicios para todos los asistentes. West también hizo caja en la zona de merchandising, ya que El rapero-pastor ha sacado una línea de ropa inspirada en sus misas que se agotó en minutos. Y eso que sus precios eran de todo menos terrenales.

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