Jessica Bueno volaba de Londres a Sevilla para que su hijo, Francisquito, pasara unos días con su padre y la familia paterna. Le tocaba entregárselo a Kiko Rivera, y, en pleno aeropuerto de Sevilla, la modelo ha vivido un encontronazo con los fotógrafos que estaban cubriendo el momento.

Jessica, que iba acompañada de su madre, ha tenido unas palabras con los compañeros que allí se encontraban, ya que, imaginamos, estará harta de que cada 15 días tenga un recibimiento igual nada más pisar suelo patrio. Y es que, cada una de las otras ocasiones que el niño ha viajado para estar con su padre, las cámaras han sido testigos del encuentro.

Francisquito, que tiene 3 años e iba en brazos todo el rato, se debe de haber acostumbrado a este trasiego de maletas y de cambios de casa. Unos días en Londres, otros en Sevilla. El juez dio la custodia a la madre y esto permitió que ella pudiera marcharse del país, como era su deseo y llevarse al niño con ella. Eso sí, al haber sido Jessica la que se ha marchado, también corre a su cargo cada uno de los viajes que el pequeño tenga que hacer para estar con su padre. Además, el juez exigió que el menor debía viajar siempre acompañado de un adulto, su madre o una persona de confianza designada por ella. De momento está siendo ella la que realiza los viajes, puesto que, además, aprovecha para estar con su familia y disfrutar de los suyos, ya que con su nueva vida en Londres no puede hacerlo.

El niño pasó de los brazos de uno a los del otro sin dar un ruido. Fue la madre la que más se enervó y acabó sacando el carácter, mientras que Kiko, que a veces ha tenido mal pronto con la prensa, se mantuvo en un discreto segundo plano. De hecho, Jessica hasta llegó a emocionarse de rabia e impotencia, pero su madre la tranquilizó para que se le pasara el disgusto.

Jessica Bueno discute con la prensa