Famosos que han sido traicionados por sus representantes

Mánagers que, muchas veces, estafaron a sus clientes grandes sumas de dinero

Conchi Álvarez de Cienfuegos

Redactora Jefe de Clara Corazón

2 de diciembre de 2015, 17:53

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Ahora que Belén Esteban y su monumental enfado con Toño Sanchís por su supuesta traición son noticia, hemos hecho memoria de todos los famosos que se han visto en una situación parecida provocada por sus representantes y mánagers.

Beyoncé, ahí donde la veis tan encantada de la vida, no lo ha tenido fácil con un padre mánager. Matthew Knowles es una especie de Amador Mohedano pero en versión afroamericana. Él llevaba ocupándose de la carrera de su hija desde los comienzos, cuando esta empezó en el grupo Destiny’s Child, entonces tuvo que enfrentarse a las primeras acusaciones de padre acaparador, que solo daba protagonismo a su retoño, mientras que el resto de integrantes de la girl band quedaban relegadas a meras coristas. No fue una época bonita para las demás chicas, eso sí, Beyoncé no veía nada de malo. Los problemas comenzaron cuando los rumores de estafa empezaron a rondar al patriarca de los Knowles. Eso ya no le gustaba ni un pelo a Bey, así que, aunque lo negaron todo y más, al final disolvieron su relación representante-representada en 2012 y se centraron en la de padre-hija que parecían tenerla olvidada.

Y otros padres mánagers que se las hicieron pasar canutas a su hija fueron los de Belinda. La cantante mexicana estuvo desde muy pequeña metida en el mundo de la canción y la actuación. La prensa de su país acribillaba sin contemplación a estos progenitores, asegurando que hacían trabajar de más a su pequeña, que entonces solo era una adolescente. Pero imaginamos que lo que más les debió doler fueron las acusaciones que los tachaban de aprovechados,  y de que estaban lucrándose con las horas sobre el escenario o en los platós de la niña. Finalmente, estos decidieron desligarse de la carrera de Belinda, pues no soportaban ser siempre criticados por cada uno de los movimientos de la joven.

Y si seguimos en terreno de los representantes con lazos sanguíneos no nos podemos olvidar del ya nombrado Amador Mohedano. El suyo es un caso muy curioso. El exmarido de Rosa Benito siempre se ocupó de la carrera de su hermana, Rocío Jurado. Había sido su única cliente y estaba entregado a ella en cuerpo y alma. Con la Jurado en vida jamás se criticaron las decisiones o los contratos que movía Amador, pero a su muerte todo cambió. Él empezó a hablar de su sobrina, aseguró sentirse traicionado, y su familia, a su vez, lo acusó a él de haber hablado de más. Un representante tan poco típico como su traición, que ni fue traición, ni fue nada...

Como los asuntos familiares lo mejor es dejarlos en casa, muchos famosos optan por confiar el papel de mánager a expertos de la industria del espectáculo, pero ni por esas se libran…

Que se lo pregunten a Lady Gaga que despidió a su mano derecha, Troy Carter, a escasos días de presentar un nuevo disco (¿no sería esto una acción más para dar qué hablar y generar algunos titulares?). Le escribió una parrafada enorme en la que quería contar ‘la verdad’ a sus queridos Little Monsters. Lo acusó de haberse aprovechado de ella, y de haber tomado malas decisiones por su culpa. Troy no se quedó callado y aseguró que sin su toque la diva jamás habría tenido un ascenso a la fama parecido y que todavía estaría tocando su teclado en bares y locales de Brooklyn. ¿Quién tiene razón de los dos? Probablemente ninguno, pero la que salió ganando de todo esto fue, sin duda, Gaga, cuyo disco ARTPOP fue tachado de mediocre pero consiguió ser noticia gracias a este escándalo. Que hablen mal de ti, pero que, por lo menos, hablen que decía Dalí, ¿verdad?

Pero si tenemos que hablar de un representante que hizo lo que quiso con sus clientes ese fue ‘El Tibu’. Carlos Pancracio V.M., como de verdad se llama el prenda, fue condenado a pagar 222.000 euros a El Canto del Loco, grupo al que gestionaba sus contratos y con el que montó una sociedad para canalizar los ingresos del grupo. Pues bien, según el Tribunal Supremo este se quedó con la suma de dinero anteriormente nombrada, cuando debía ingresarla en la sociedad que había montado con la banda. Por apropiación indebida, ‘El Tibu’ tuvo que aflojar la cartera y dar lo que debía a Dani Martín y los suyos, aunque ya hacía tiempo que se habían separado como grupo.

Pero estos músicos no fueron los únicos que ‘padecieron’ a este famoso representante. Según una entrevista con Hombres G, estos tampoco quedaron muy satisfechos con el trabajo que realizó para el ellos este exlegionario: “Nosotros, aunque parezca mentira y parezca que hemos tenido mucho éxito y una vida maravillosa, lo pasamos mal, sufrimos, como la movida que tuvimos con nuestro mánager, al que hemos tenido que despedir”, llegó a contar Summers en una entrevista.

Esperad, que la sombra del Tibu es alargada. Aún hay más. ¿Os dice algo la canción ‘Colgando en tus manos’? Pues según Carlos Baute, su compositor, fue Pancracio quien gestionó la colaboración de Marta Sánchez como cantante en el tema. "Lo que sí que creo es que su mánager, 'El Tibu', la estafó. No sé si él llegó a darle lo que nosotros habíamos negociado", contó el músico en ‘Qué tiempo tan feliz’. Marta estaba muy molesta por haber percibido únicamente 6.000 euros por un temazo que generó mucho dinero, tal y como contó a Risto en ‘Viajando con Chester’. Ahora sabemos que Marta no estaba molesta con Baute, sino que pagó con él la supuesta jugarreta que le habría gastado su representante.

Y por último, un caso muy diferente en el que también están involucrados una famosa y, en este caso, un productor musical que ejerció de mánager y de hombre para todo. Victoria Abril fue condenada a pagar 80.000 euros a Miguel Ángel Arenas, Capi, 80.000 euros por incumplimiento de contrato. Él debía ser el responsable de convertirla en una estrella musical y que grabara un disco, y, en el último momento, ella se marchó dejando el trabajo a medio acabar. Él, que descubrió a Alejandro Sanz, aseguraba que en toda su vida nunca le había pasado algo semejante. “Vino a mí para que la ayudara a ganar dinero (en el mundo de la canción), porque estaba tiesa. Tras ocho meses de trabajo, se fue a grabar el disco a otra parte”, le contó en su día a Vanitatis.

Al final, resulta imposible fiarse ni de representantes, ni, a la vista está, de representados. Lo mejor es no ir a ciegas por la vida, y dejar la labor de lazarillos solo a perros guía. El resto, ¡a leer hasta la letra más diminuta! Id repartiendo lupas, van a hacer falta con lo que Toño Sanchís tiene montado...

 

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