Moreno, de profundos ojos verdes, cautivador. Rubén Cortada, metiéndose en la piel de Ramiro Arribas, no solo conquista el corazón de Sira Quiroga en ‘El tiempo entre costuras’, sino que también ha seducido a los millones de personas que siguen cada semana la serie.

Rubén, nacido en La Habana hace 28 años y que se define a sí mismo como un ciudadano del mundo, llegó a España hace ocho para abrirse un hueco en el mundo de la interpretación. Atrás quedaba su Cuba natal, donde jugaba al tenis profesional y estudiaba ingeniería cuando La Maison, una firma de moda cubana, lo descubrió. Cruzó el océano porque el gusanillo de la interpretación ya le había picado: en La Habana había debutado como actor teatral. Pero quería ir más alla. Su físico imponente, su  metro noventa de altura y su mirada intensa, le abrieron primero las puertas de las pasarelas de las grandes capitales de la moda y fue imagen de importantes firmas, pero seguía empeñado en ser actor. “Quiero emocionar y no solo a través del físico. Quiero llegar a ser bueno, incluso muy bueno”, decía cuando su rostro empezada a ser conocido en España gracias a la serie ‘Bandolera’.

Un buen chico, de chico malo

“Me dan papeles de malo, pero soy manso”, ha declarado Rubén. Razón no le falta. A Sira la seduce, consigue que lo deje todo por él, se la lleva a Tánger y allí la abandona sin dinero y embarazada. Además, el año que viene lo veremos en ‘El príncipe’, la serie de Telecinco sobre policías corruptos y tráfico de drogas. Compartirá cartel con José Coronado y Álex González, novio de Adriana Ugarte en la vida real, y será el líder de los narcotraficantes. Aunque Rubén, siempre con una sonrisa arrebatadora, dice: “Soy alto, moreno y buen chico”.