Las fotos que la revista Lecturas publicó en exclusiva de Federico de Dinamarca (55 años) paseando con Genoveva Casanova (47 años) por Madrid, coincidieron con el viaje de Estado de los reyes Felipe (55 años) y Letizia (51 años) a Dinamarca. Algo que hizo que estas imágenes fueran más comentadas si cabe y que provocó que cada uno de los gestos de las apariciones de aquellos días, fueran de lo más analizados. Porque el lenguaje no verbal, lo dice todo. Y en las apariciones de don Felipe y doña Letizia con los príncipes Federico y Mary (51 años) hubo mucho que analizar.
Durante las apariciones públicas que hicieron después de las fotografías publicadas en exclusiva por Lecturas, la reina Letizia se mostró de lo más cercana con la princesa Mary de Dinamarca. Habló amigablemente con ella, buscaba su mirada constantemente en un gesto de apoyo y complicidad, y físicamente se mantuvo todo el rato muy cerca de la princesa, una forma de mostrar su apoyo. Ahora, la periodista Pilar Eyre ha ido más allá en el blog que tiene en nuestra revista, y ha analizado los gestos que la reina Letizia no solo tuvo con Mary. Porque su actitud con Federico de Dinamarca, también fue reveladora.
Los gestos de distancia de la reina Letizia con Federico de Dinamarca
Pilar Eyre ha analizado en el blog de esta semana, las apariciones de los reyes Felipe y Letizia junto a los príncipes Federico y Mary de Dinamarca en Copenhague después de las imágenes del heredero danés junto a Genoveva Casanova. La periodista ha destacado que en el momento de su reencuentro tras las imágenes “Mary, que iba como una noble francesa camino de la guillotina con el pelo cuidadosamente despeinado, se arrojó a los brazos salvadores de Letizia, que la acogió amorosamente y la sostuvo largo rato, como si fueran amigas íntimas, con esa solidaridad entre mujeres que hace tan grata la vida”. Un gesto que fue muestra de que Letizia se convertía en el mejor apoyo de la princesa en esos momentos en los que se convirtió en la mujer más buscada.
![Letizia, Federico y Mary](data:image/svg+xml,%3Csvg xmlns="http://www.w3.org/2000/svg" viewBox="0 0 1200 800"%3E%3C/svg%3E)
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Nuestra bloguera ha destacado de este instante que “Federico, por su parte, dejaba vagar su mirada errática por el salón, primero fue a saludar a Letizia, pero como vio que estaba ocupada con su mujer, se dirigió al rey que, al advertir su embarazo, pareció compadecerse de él y le dedicó un saludo al estilo de compañeros que celebrasen un gol juntos”. Pilar Eyre se ha percatado así de cómo en aquel momento, la reina Letizia se centró en saludar a Mary mientras que dejó al príncipe Federico de Dinamarca en un segundo plano. Un gesto que bien podría interpretarse como apoyo a la princesa y como desaprobación hacia él. Pero no solo eso.
La mirada de la reina Letizia que delató su actitud con Federico de Dinamarca
Tal y como cuenta la experta en Casa Real, “Letizia, que ya había dejado de abrazar a Mary, hizo uno de esos gestos suyos que dan tanto miedo: pasó de la sonrisa al mohín avinagrado en medio segundo, y saludó con frialdad al príncipe culpable. Y ese fue todo el contacto que tuvo con Federico”. Si algo ha quedado claro con el paso de los años es que aunque no se pronuncie, la reina Letizia es capaz de comunicar mucho a través de sus gestos y de su mirada. La cosa tampoco se quedó ahí.
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La actitud de la reina Letizia con Federico de Dinamarca durante la cena
Después, los reyes Felipe y Letizia y los príncipes Federico y Mary fueron al besamanos para después pasar a la cena en la que compartieron mesa. Pilar Eyre destaca sobre esto que “el besamanos fue duro, Mary solo hablaba con la tía Benedicta y Letizia tampoco le dirigía la palabra a Federico, en medio de las dos”. Y tal y como relata nuestra bloguera, “de todas formas, lo peor fue la cena, que se celebró en un salón del museo. El protocolo sentó a Federico al lado de Letizia ¡nunca se ha visto algo así desde que a Sofía la pusieron al lado del político que había echado a su hermano del trono! Letizia no miró ni una sola vez a su avergonzado compañero”. Doña Letizia no intercambió ningún gesto de complicidad durante la velada en la que se tuvo que sentar al lado del heredero al trono danés.