La tristeza de la reina Sofía: el inesperado y doloroso final que le espera a su otra familia

La madre del rey Felipe VI ha sufrido un nuevo varapalo relacionado con su otra familia que le ha sumido en una profunda tristeza

Adrián López
Adrián López

Redactor digital de Lecturas

Reina Sofía
GTRES

Si hace unos meses la reina Sofía (86 años) tuvo que enfrentarse a uno de los peores momentos de su vida cuando se publicaron los audios de Juan Carlos confesando que no se querían y que dejaron de ser pareja al tener a Felipe, ahora la emérita se enfrenta a un nuevo golpe. Sí, la madre de las Infantas ha sufrido un nuevo varapalo que tiene que ser con su otra familia, la más desconocida para los españoles. 

El pasado diciembre Sofía y sus allegados se enfrentaron a una agridulce noticia: a través de un comunicado de prensa se reveló que la familia real helena (aunque la monarquía fue abolida en el país en 1974 mediante un referéndum) recuperó después de décadas su nacionalidad griega. Fue el ministro del Interior, Thodoris Livaniou, quien acepetó  devolverles la ciudadanía pero no sin antes aceptar una clara y concisa cláusula. 

Para poder tener de nuevo la nacionalidad, el gobierno impuso a la familia de Sofía que renunciara a sus orígenes dinásticos y llevaran el apellido Glücksbourg, atribuido desde que estuvieran en el exilio. Y es que tener el sobrenombre "de Grecia", que ha sido utilizado durante más de 200 años, lo tenían totalmente prohibido si querían regresar. 

Tras meses de negociaciones, la casa real griega (o lo que queda de ella) llegó al acuerdo de ponerse "de Gres" (Nte Gkres en su idioma) porque no querían adoptar la forma danesa, pero sin duda esta elección generó una gran controversia porque los partidos políticos de izquierda aseguraban que intentan mantener el recuerdo de su poder dinástico. "Elegimos aquel por el que optó nuestro difunto tío Miguel, el único que nos resulta familiar porque nunca hemos tenido apellido", dijeron en un comunicado. 

Así, Alexia, Pablo, Nicolás, Teodora y Philippos;  junto con los cinco nietos de Constantino (hermano de Sofía), María-Olimpia, Constantino-Alexios, Aquiles-Andreas, Odiseo-Kimonas y Arístides-Stavros obtuvieron entonces la ciudadanía helena. Un cambio histórico que permitió a la familia regresar a su país natal después de años desterrados. Pero cuando la felicidad reinaba entre todos ellos, parece que tan solo seis meses después regresa la amargura.

Pablo de Grecia y Marie Chantal

Pablo de Grecia y Marie Chantal 

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Después de haber sentido esa alegría por ver que la familia conseguía ganar este pulso que ha hecho historía, Sofía abraza de nuevo la tristeza por el inesperado y doloroso final que puede esperarle a su familia griega. Y es que el Consejo de Estado compuesto por siete miembros está estudiando y debatiendo esta concesión porque hace unas semanas se presentó una solicitud que impugna la decisión tomada por el ministro del Interior por supuestamente no estar ajustada a la ley.  

Ha sido el profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Atenas, Panagiotis Lazaratos, según apunta la prensa griega, el que invocando su condición de ciudadano y académico, ha impugnado la legalidad del procedimiento situando en el centro de su objeción el uso del apellido elegido por la familia real, ya que según él remite a un título nobiliario y viola el artículo 4, apartado 7 de la Constitución.

 

 

Lazaratos ha subrayado también que "al ejercer la ciudadanía griega pueden participar como votantes e influir y determinar en el resultado de las elecciones parlamentarias o municipales-regionales". Pero no solo eso, el demandante también cree que de esta manera "se distorsiona el principio de soberanía popular, que, en términos del derecho al voto, requiere la adquisición legal de la ciudadanía, que no existe en el caso en cuestión".

Además, el profesor ha explicado en su solicitud que el fundamento de su interés jurídico para querer la anulación está en que se crea una discriminación indirecta "a favor de las diez personas y en contra de todos los ciudadanos", y por tanto también de él mismo porque cree que "el resultado de que se ve afectada su personalidad como habitante del país. Y no contento con esto, Panagiotis ha señalado también que después de la abolición de la monarquía, "el portador personal de la institución hasta entonces, así como sus descendientes, no tienen derecho a invocar como apellido, un título que denote el poder que tenían y perdieron, como el apellido 'De Grecia'". 

 

 

"Durante los años que estuvimos privados de nuestra ciudadanía siempre estuvimos motivados por el deber y el honor de servir a Grecia con lealtad y devoción, dondequiera que nos encontráramos, por cualquier medio posible. Los mismos principios seguirán guiando a nuestra familia", escribió la familia real entonces. ¿Qué pasará sin finalmente el consejo decide anular la decisión de haberles devuelto la ciudadanía? ¿Será este de nuevo un final para los allegados de la emérita?