Que ya es 'vox populi' que la lista de amantes del rey Juan Carlos es casi interminable, también es cierto que, entre todas ellas siempre ha habido una que ha destacado (con permiso de Corinna Larsen). Ella es Marta Gayá, por la que el emérito, en el momento más intenso de su relación, llegó a pronunciar aquella significativa frase: "Nunca he sido tan feliz". Mallorca, la isla que les unió, Ginebra, la ciudad donde reside la mayor parte del tiempo esta dama de la clase alta mallorquina, Irlanda... Son solo algunas de las localizaciones en las que han vivido su amor. Ahora, ha salido a la luz el que fue el 'nido de amor' de la pareja, pero en Madrid.

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Collage Rey Juan Carlos

Ha sido Pepe del Real el que ha dado todos los detalles del espectacular ático que fue propiedad de Marta Gayá en la capital y, donde habrían disfrutado de momentos de complicidad y amor como pareja. Se trata de un lujoso inmueble en una de las arterías principales, más céntricas y con más solera de Madrid, la calle Fuencarral. También, una amiga cercana a una empleada que trabaja en el domicilio ha querido hablar alto y claro sobre este tema.

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Atico nido de amor rey Juan Carlos y Marta Gayà
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Seis plantas y 150 metros cuadrados

Tal como ha informado el periodista en 'El programa del verano', el 'nido de amor' del emérito y Marta Gayá es un espectacular ático en una señorial finca de seis plantas, de 150 metros cuadrados (130 de vivienda, más dos magníficas terrazas). La mallorquina lo adquirió antes del boom inmobiliario de 2.000, a finales de la década de los 90, por unos 300.000 euros, y lo conservó hasta 2015, aproximadamente.

Rey Juan Carlos

Gtres

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¿Cuándo iba Marta a esta vivienda?

En el provechoso proceso de compra-venta consiguió por él casi el doble de lo que le costó, al venderlo por alrededor de un millón de euros. Además, coincidió con la aparición de Corinna en la vida del emérito. "Según los vecinos, Marta pasaba cortas temporadas en la capital y llevaba una vida muy discreta. Simplemente venía a hacer escala pues desde Suiza, que vive parte del año allí, y la otra parte en Mallorca. (...) A final de la década del 2000, Marta dejó de venir, coincidiendo con el momento Corinna y sus visitas se distanciaron", explicaba el colaborador televisivo.

marta gayá y el emérito nidito de amor
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Varios testigos ha hablado

Una amiga muy cercana a una empleada de hogar que trabaja en el piso de Marta ha querido dar detalles muy jugosos sobre lo que ocurría dentro de la vivienda, además ha reconocido que Gayá era "muy discreta": "Cada tres meses venía una semana, tres o cuatro días y se iba. Ella viajaba constantemente entre Suiza y Palma. Marta le decía 'prepara el salón, trae hielo', pero ver al rey nunca". Además, Marta siempre "salía escopeteada" y vestía "elegante con trajes de chaqueta negra". 

Marta Gaya
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Las reuniones que se han celebrado allí

El ático consta de un vistoso torreón donde está situado el diáfano y luminoso salón-comedor. Además de las dos espectaculares terrazas, donde Marta habría celebrado reuniones y fiestas privadas, consta de un dormitorio ensuite con amplio vestidor y baño, y una pequeña cocina. La 'socialité' mallorquina tenía contratada a una mujer para que se encargara del mantenimiento de las terrazas durante el invierno y el verano.

Rey Juan Carlos
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Las aficiones de Marta Gayá

Con la habitual discreción que siempre la ha caracterizado, nunca se vio al emérito allí ni en los alrededores, pero los vecinos aseguran que "llamaba mucho la atención la constante presencia de coches oficiales con las lunas tintadas". ¿Estaría en uno de ellos el padre de Felipe VI? También se ha descubierto parte de la vida social de Marta Gayá durante los breves periodos que pasaba en Madrid. Y es que era aficionada a acudir a monterías: "Había muchos trajes militares y botas".

Rey Juan Carlos de Borbon 01

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¿Qué planes hacían allí?

Jimmy Jiménez-Arnau, que también estaba este lunes en plató, ha contado que a don Juan Carlos y a Marta "les subían la comida de un clásico restaurante de Madrid, que estaba justo detrás del ático, en el que se comía muy bien y al que iba la bohemia. Era como una tasca".