Kate Middleton, la gran protagonista del Trooping the Colour 2025 con el 'dress coat' turquesa más alegre que lleva con sombrero de flores

Como cada año, Londres se ha engalanado para acoger el icónico desfile del Tropping the Colour que celebra, por adelantado, el cumpleaños del rey Carlos III (76 años). Esta edición está marcada, lamentablemente, por la enfermedad del soberano que, por segundo año consecutivo, le ha impedido desfilar a caballo por las calles de la capital británica como sí han hecho su hijo Guillermo y su hermana, la princesa Ana. 

Con los cambios evidentes, la familia real británica se ha dado cita este sábado 14 de junio en el Palacio de Buckingham para celebrar este gran día. Los reyes Carlos y Camilla eran los primeros en aparecer y tras ellos lo hacía Kate Middleton (42 años) y Guillermo (42 años) junto a sus tres hijos: George, Charlotte y Louis. Con permiso del monarca, la princesa de Gales acaparaba todo el protagonismo.

Después de dos años muy complicados, a consecuencia del cáncer que le fue diagnosticado en 2023, Kate ha recuperado su agenda institucional casi por completo. Hoy, no ha dejado nada al azar. Su mera presencia no solo evoca elegancia y sofisticación sino esa estabilidad y su compromiso continuo con la corona británica, muy necesaria en estos momentos tan convulsos.

La elegancia de Kate Middleton en clave azul

El Trooping the colour de 2024 fue precisamente el acto que Kate Middleton eligió para reaparecer oficialmente tras su tratamiento de quimioterapia. El interés que genera es evidente en cada aparición pública y ella lo sabe, de ahí que cuide su estilismo al detalle. 

Hoy, estrenaba un alegre vestido de Catherine Walker. Un diseño estructurado de manga larga, con cuello subido y solapa bitono que combinaba, tal y como dicta el protocolo de vestimenta, con un bonito sombrero de Juliette Botterill.

La princesa de Gales, que lucía radiante, ha querido dar todo el protagonismo a este nuevo vestido turquesa. De ahí que lo haya combinado con joyas discretas como unos sencillos pendientes de perlas y brillantes que pertenecían a Isabel II, y el broche del Regimiento de la Guardia Irlandesa.

La prensa británica asegura que con esta elección tan colorida, Kate Middleton ha querido recordar a Isabel II en este día tan señalado para la familia real.

George, Charlotte y Louis no dan tregua a Kate Middleton 

A lo largo de todo el desfile Kate no quitó los ojos de encima a sus tres hijos: George, Charlotte y Louis. La madurez del primogénito contrastaba con las muecas de Louis, el gran quebradero de cabeza de la princesa de Gales y la presencia de Charlotte, quien acaparaba buena parte de los focos durante el paseo el carruaje. La pequeña, a juego con su madre, ha estrenado un precioso vestido azul pastel. 

La complicidad de Kate Middleton y Carlos III 

La relación entre Kate Middleton y Carlos III se ha fortalecido más si cabe en los últimos años. Construida sobre un profundo respeto mutuo, el soberano no ha dudado en hacer público su afecto por su nuera.

A pesar de no tener el apellido Windsor, Kate es una figura clave dentro de la familia real y Carlos lo sabe. Le ha otorgado honores especiales y ha elogiado públicamente su temple y discreción, sobre todo en momentos difíciles. La princesa de Gales, por su parte, ha sabido equilibrar su rol institucional con una cercanía sincera hacia su suegro, actuando, incluso, como una figura de unión entre él y Guillermo. 

Su conexión se ha hecho aún más fuerte, especialmente tras el diagnóstico de cáncer de ambos, lo que los ha unido en un plano más íntimo y humano. Se sabe que han compartido momentos personales de apoyo durante el tratamiento, lo que refuerza su lazo más allá del protocolo real.

Hoy, ese vínculo especial se ha vuelto a hacer evidente desde el balcón del palacio de Buckingham. Kate y Carlos no han dudado en compartir sonrisas y confidencias mientras el desfile seguía su curso. Un gesto de cercanía y cariño al que el soberano no nos tiene muy acostumbrados y ha sido muy bien acogido por el pueblo inglés. 

Finalmente, Eduardo y Sophie, duques de Edimburgo, y la princesa Ana completaban este posado familiar cada vez más escaso desde que Harry y Meghan decidieran romper por completo con todo lo relacionado con la Casa Real.