Si hay una casa real europea que sea pueda decir que es más desconocida es sin duda la belga. Y es que al contrario que la corona danesa, noruega u holandesa, los reyes de Bélgica no suele protagonizar muchos titulares. Alejados de cualquier polémica y siendo una de las monarquías menos polémicas, los reyes Felipe y Matilde, acompañados de tres de sus hijos (solo faltaba la princesa Elisabeth, heredera al trono), han completado este miércoles la última etapa de la famosa peregrinación a Santiago de Compostela. Una tradición que cumplen siempre en Semana Santa desde 2017 y que han heredado de a reina Fabiola de Bélgica, nacida en España y amante de los veranos en el pazo de San Lorenzo en Compostela.
Sí, España ha sido una vez más el destino elegido por la familia real de Bélgica para disfrutar de sus vacaciones en esta festividad religiosa. Desde hace 8 años, los reyes belgas y sus hijos recorren cada año parte del famoso camino. De hecho, este año la pareja real ha cumplido este reto que comenzaron desde la localidad de Santa Irene, en A Coruña.
El príncipe Emmanuel llegó al destino final de la peregrinación con muletas tras sufrir un esguince de tobillo el pasado martes. Una ruta en familia que van a alargar estos días en Galicia para descansar durante las vacaciones de Semana Santa. De hecho, el rey Felipe ha celebrado en nuestro país su 65 cumpleaños el día 15 de abril y la princesa Leonor ha hecho 17 tan solo dos días después.
Felices, sonrientes y muy cariñosos entre sí, los cinco peregrinos han realizado la última etapa que les faltaba hasta alcanzar el destino final de la famosísima ruta: la plaza del Obradoiro, emblemático lugar en el que toda la familia se ha hecho una fotografía con la espectacular catedral de Santiago.
GTRES
"Como miles de personas, la Familia Real ha tomado la costumbre desde 2017 de caminar una parte del Camino de Santiago de Compostela en Pascua. Este año termina su periplo y han llegado a su destino final: la plaza de Santiago de Compostela y su magnífica catedral", han explicado desde la casa real belga junto a las fotografías de la familia.
Un evento que han cumplido religiosamente, exceptuando el año que estuvimos en casa por culpa de la pandemia provocada por la Covid-19. (el pasado 2024 por ejemplo tuvieron en Sarria su campamento base y recorrieron varios tramos por Pedrafita, Triacastela o Samos).
Con tanto interés por este camino religioso, la familia ha podido disfrutar de muchas de las preciosas zonas que ofrece: desde el camino francés hasta las rutas más tradicionales desde la propias provincias de Galicia. Según ha contado 'El correo de Galicia', durante los últimos días la familia se ha quedado en el Pazo de Brandeso, en Arzúa, donde el citado medio revela que había un gran despliegue de seguridad. "Los reyes habrían pedido la máxima discreción con el objetivo depasar completamente desapercibidos. Han querido llegar a la tumba del Apóstol como unos peregrinos más, con ropa deportiva y la sencillez de cualquier caminante", explican.
En la prensa de la localidad revelan también que Felipe y Matilde se han hecho varias fotografías con sus hijos después de contemplar la majestuosidad de la catedral. Unas instantáneas que la corona de Bélgica ha compartido a través de sus redes sociales. Un momentazo inesperado del que han sido testigos otros peregrinos y visitantes de la ciudad. Además, desde el citado medio cuentan también que después toda la familia entró a la comitiva en el Hostal de los Reyes Católicos, "donde están alojados en varias suites".
Pero no solo eso, revelan también que la pareja y sus hijos tienen pensado participar junto a unos amigos en la misa de la Cena del Señor en la Catedral, donde serán recibidos por el arzobispo de Santiago, Francisco José Prieto, este jueves 17 de abril. Una ceremonia que pretende ser muy discreta, tal y como han pedido los reyes belgas al templo.