Estefanía de Mónaco y Daniel Ducruet, el matrimonio que acabó por un escándalo: traición, fotografías y otra mujer

La princesa monegasca tuvo dos hijos con su guardaespaldas, al que su padre Raniero nunca llegó a ver con buenos ojos

Estefanía de Mónaco y Daniel Ducruet
Gtres
Álex Ander
Álex Ander

Periodista especializado en corazón y crónica social

La biografía sentimental de Estefanía de Mónaco (58 años) da para escribir un libro. La pequeña Grimaldi empezó saliendo con un italiano llamado Urbano Barberini, amigo de su hermano Alberto, cuando tenía dieciséis años y vivía sola en un apartamento de París. Después llegó su primer gran amor, Paul Belmondo, hijo del popular actor francés Jean Paul Belmondo, al que conoció en 1982, el mismo año en que murió la madre de Estefanía, Grace Kelly. Pero las reticencias del príncipe Raniero de Mónaco terminaron echando a perder aquel noviazgo un par de años más tarde. 

Fue entonces cuando la princesa se encariñó de Anthony Delon, hijo mayor de otro intérprete francés, Alain Delon, al que sucederían en la lista otros señores como Mario Oliver, un marsellés treintañero y de pasado turbio con el que convivió durante dos años en una estupenda casa de Bel Air, en California, o Ron Bloom, que también le sacaba algunos años y había sido su productor discográfico en la etapa en que le dio por dar el cante.

Al final se dio cuenta de que el amor estaba constantemente junto a ella, concretamente a sus espaldas, porque fue Daniel Ducruet, su escolta personal, quien en 1991 consiguió nublar totalmente su sentido. Ese joven del sur de Francia llegó a Mónaco para trabajar como agente de policía y terminó integrando el cuerpo de seguridad del príncipe Alberto, lo que le permitió entablar una relación con la segunda hija de Grace y Raniero.

Peleón y mujeriego

Según recuerda Basilio Rogado en su libro 'Negocios del corazón', la niña se enamoró de un hombre que había conseguido un récord para el Guinness, porque resulta que Daniel fue padre de dos hijos con dos mujeres diferentes en el mismo año: “en febrero de 1992, su amante, Martine Malbouvier, por la que había dejado a su mujer Sandra Nakache, con la que se había casado cuatro años antes, le dio un hijo al que Daniel acudió a ver a la clínica”.

El periodista señala también que en esas fechas el guardaespaldas no solo mantenía relaciones con Estefanía, sino que "la compaginaba desde octubre de 1991, que se sepa, con su amante embarazada. Pero nada fue óbice para que, en noviembre de 1992, meses después de haber sido padre con la Malbouvier, lo fuera también del primer hijo de la princesa, Luis Roberto Pablo Ducruet que nació el 26 de ese mes”. 

En aquella época, Raniero se distanció de su rebelde hija, a la que incluso retiró la asignación y apartó de los actos oficiales de Mónaco. Es de sobra conocido que el hombre no veía con buenos ojos a aquel guaperas con pinta de atleta que tenía orígenes humildes y se creó fama de ser un vago y un vividor. Pendenciero sí que era. De hecho, Ducruet no dudaba en meterse en peleas y al menos un par de ellas le habían llevado hasta los juzgados.

Las fotos de la polémica

Pese a todo, cuando la pareja dio la bienvenida a su segunda hija en mayo de 1994, el padre de Estefanía consintió la boda, celebrada de forma civil y discreta en el Principado en verano del año siguiente. Cuando parecía que las aguas habían vuelto a su cauce, Ducruet recibió una llamada anónima que le informaba de que le habían fotografiado mientras retozaba con otra chica. Al verse en un callejón sin salida, decidió confesarse a su mujer. 

En agosto de 1996 la revista italiana 'Eva Tremila' publicó en exclusiva unas fotografías donde Ducruet salía desnudo, en la piscina de una villa en Villefranche-
sur-Mer y manteniendo relaciones sexuales con la bailarina de striptease Fili Houteman. Compinchada con dos fotógrafos, aquella morena muchacha había tendido una trampa a su seducido amante para ganar dinero a costa de acabar con su matrimonio —algunos se atrevieron a asegurar que aquello pudo estar orquestado por Raniero, que no sabía ya qué hacer para quitarse de encima a su yerno—.

El francés afirmó haber sido drogado antes de dar rienda suelta a su fogosidad. De la publicación de las fotografías —hasta se comercializó el vídeo con las explícitas imágenes— a la ruptura del matrimonio solo hubo un paso. “Me siento avergonzado, yo soy el culpable. He traicionado a Estefanía y a mis hijos”, confesó Ducruet sobre un escándalo que le obligó a divorciarse aquel mismo año. 

Rentabilizando su historia de amor

Cuentan que, a raíz de la ruptura, la princesa monegasca sufrió una depresión que, por suerte, no le duró demasiado. Según se recuerda en 'Negocios del corazón', en septiembre de 1997 fue “cazada por los paparazzi durante una excursión íntima por los alrededores del Principado de Mónaco, viajando de ‘paquete’ en la moto de Jean Raymond, un hombre dos años más joven que ella, guardaespaldas de la propia Princesa y de Daniel Ducruet durante el tiempo en el que la pareja estuvo unida, y que había seguido prestando servicio en palacio hasta hacía seis meses”. 

El francés decidió presentar una demanda por invasión de la privacidad, y la investigación descubrió que lo sucedido había sido fruto de una trampa organizada por el jefe de una agencia de prensa belga. “En ese momento, había rumores de que Ducruet iba a ver a varias novias. Queríamos observarlo más de cerca”, se justificó el susodicho, a que el Tribunal Correccional de Niza condenó en abril de 2000, al igual que a Fili y a otro colaborador, a una pena de entre seis meses y un año —ninguno de ellos llegó a entrar en prisión—.

Al cabo de un tiempo, Ducruet probó suerte en el mundo de la música pop, hizo sus pinitos como maestro de los montajes de la mano de Marujita Díaz, y rentabilizó su relación con Estefanía en un sinfín de programas de televisión. Aceptó 
incluso someterse a la controvertida prueba del polígrafo en el programa 'En Antena', donde por lo visto mintió al asegurar que solo había sido infiel a su exmujer una vez.

En otra ocasión, el francés se sentó en el plató de ‘Salsa Rosa’, donde le preguntaron por los rumores que apuntaban a una reconciliación con Estefanía, con la que poco antes había sido cazado en actitud cariñosa. “Nuestra relación ahora es muy buena”, dijo. “Estamos muy cerca por los niños. Pero no es una reconciliación, es una continuidad en nuestra relación que va a mejor [...] Estefanía es el amor de mi vida”. Solo él sabrá si sigue pensando lo mismo desde que empezó a salir con Kelly Marie Lancien, con la que lleva un lustro casado.

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