FOTOS EXCLUSIVAS | La imponente mansión de Raphael en Miami: un hogar lleno de historia que le compró a un famoso expresidente de EE.UU.

Ubicada en Key Biscayne, una de las zonas más privilegiadas de Miami, eesta mansión era conocida como 'la Casa Blanca de Miami' ya que tuvo un ilustre propietario, Richard Nixon, el expresidente de los Estados Unidos. Raphael le compró la casa a Nixon por un millón de dólares y allí estuvo residiendo con toda su familia del año 1985 al 2002.

Al estar situada al sur de Miami Beach, la mansión de Raphael tenía impresionantes vistas al mar y muchas palmeras en sus alrededores. Además, era muy luminosa y tenía una gran piscina interior. Es una pena que de este casoplón ya no quede nada, sus nuevos propietarios, en cuanto adquirieron la vivienda, la demolieron por completo y construyeron una edificación totalmente diferente.

El salón del chalet madrileño de Raphael era bastante amplio y lucía la tendencia maximalista de la década de los 80, de ahí que tuviera tantos elementos decorativos. Para aumentar su amplitud, una de sus paredes estaba completamente cubierta de un espejo. Los colores principales de su decoración eran los neutros, como el blanco de sus paredes y de sus tres sofás de piel. En el centro, una lujosa mesa auxiliar de cristal. También había algunas plantas y flores coloridas para dar al espacio un toque de color y vida.

En otra de las paredes laterales del salón de Raphaelhhabía colgados dos cuadros de grandes dimensiones con muchos colores y marcos blancos, una prueba que reflejaba el amor por el arte que tiene el cantante y que, además, fueron pintados por el mismo Raphael. Ambos cuadros estaban encima de una sencilla consola de madera blanca sobre la que había expuestos varias fotografías familiares.

Para recibir a toda su familia y amigos más cercanos, Raphael y Natalia tenían un comedor grande con una mesa de cristal, igual que la auxiliar del salón, acompañada de sillas tapizadas en blanco y con un diseño muy majestuoso. Como en el caso del salón, las paredes eran blancas, había algunas obras de arte por las paredes y plantas verdes y altas. Por supuesto, en esta estancia tampoco faltaban los espejos, algunos de ellos colocados en formato biombo.

Raphael y Natalia también tenían una gran piscina cubierta por una cristalera con marcos negros desde la que podían ver el cielo y la vegetación mientras se daban baños relajantes. En esta zona también tenían un jacuzzi y hamacas para tomar el sol.