“No ha podido venir conmigo porque está muy dolorida. Pero no es grave”. Toño Sanchís, sin Fran ya a la vista, es la media naranja de Belén Esteban. Anoche, acudía junto a otro de sus representados, el showman Boris Izaguirre, a una fiesta que organizaba Volkswagen para mostrar su último modelo de Mini, el Paceman.
Toño quiso aclarar varias cosas que se han dicho sobre la copresentadora de 'Sálvame' tras su polémico abandono del plató después de una fuerte discusión con Lydia Lozano. “No hay que creerse todo lo que dicen por ahí. Belén Esteban está muy bien”. Tanto es así que su representante aseguró: “Por supuesto que, cuando esté fuerte, volverá a la tele. Sin duda. Hoy se ha tenido que hacer unos arreglos en el dentista. De los dientes de arriba, y ha sido muy doloroso. Casi tres horas de operación, pero, salvando eso, Belén está estupenda”.
“Han dicho cosas que no son ciertas. La verdad es lo que yo digo. Ahora le toca curarse de la boca y solucionar el robo. Eso es lo importante. Después, volverá al trabajo sin falta”, explicó Sanchís para quien el mayor shock que ha sufrido la estrella de Telecinco ha sido descubrir que quienes perpetraron el allanamiento y saqueo de su casa de Paracuellos eran conocidos suyos, una situación que fue “incapaz de encajar”.
“Belén se quedó perdida, estafada, humillada. No sabía cómo reaccionar. Fue un golpe tremendo. Que personas que ella conocía le arrebataran sus pertenencias y muchos de sus recuerdos es algo para lo que ella no estaba preparada”, apuntó el manager minutos antes de que otra de las estrellas de la noche, Bimba Bosé, se pusiera el frente de la mesa de mezclas. Y entonces el club se convirtió en discoteca, y actrices como Carolina Bang, con el cabello recogido y traje sastre al estilo Joan Crawford, Berta Collado, de riguroso negro, o diseñadores como Carlos Díez o María Escoté tomaron la pista.