“Tengo una deuda eterna por el inmenso cariño que me ha llegado”, decía Ana Rosa Quintana en su regreso a los platós. La periodista quería dedicar unas palabras de agradecimiento completo a sus seres queridos, por no soltarle la mano a lo largo de estos 11 de meses del camino más duro de su vida; un camino que, como ella misma ha especificado, “es un milagro que hoy esté con ustedes”. No ha sido fácil; pero, por suerte, no ha recorrido esta senda sola.
“He recibido muchísimo amor de mi marido y de mis hijos”, decía Ana Rosa Quintana, de su familia esos de quienes no acostumbra a hablar pero a los que hoy ha querido agradecer todo lo que han hecho por ella. Todo el cariño que le han dado en este casi un año de tratamiento y cuidados.
Su familia no es la única a la que Quintana ha querido hacer mención; también ha querido agradecer a sus amigas que hayan estado ahí para ella. “Sin mis amigas, todo habría sido más duro”; ha dicho de lo más confidente y apostando por la solidaridad entre mujeres.
Desde que anunció su retirada de los platós para curarse del cáncer de mama que le habían detectado, Ana Rosa Quintana se tomó muy en serio lo de cuidarse y rodearse de sus seres de queridos; de los que ha obtenido la fuerza y los ánimos para enfrentarse a un tratamiento que se hace cuesta arriba.
“No he visto a nadie porque he querido mantener esto en mi casa”, decía Ana Rosa Quintana tras escuchar la cantidad de mensajes de personalidades del mundo de la política, del entretenimiento o del periodismo le habían hecho llegar a través de su programa. “Mi deseo de estar retirada completamente, centrada en los míos”. Y a ellos ha dedicado sus semanas, sus meses; en los que estos han actuado como un bálsamo para ella. Pues mientras cuidaba su cuerpo con una alimentación saludable, largas caminatas y yoga; su alma y su estado de ánimo recibía consuelo a través de quienes más la quieren.