Era un gesto que muchos estaban esperando. El cruce de reproches velados entre Ana Obregón (68 años) y Alessandro Lequio (62 años) durante los últimos días ha empeñado la felicidad de la presentadora y del colaborador. Obregón regresaba a España con su nieta en brazos para retomar su vida y presentar en sociedad no solo a su pequeña, sino también el libro que ha escrito a partir del trabajo de su hijo. Una ocasión feliz en la que lanzaba un amargo reproche a su expareja. Ahora, ha sido también la presentadora la que ha querido aclarar cómo está todo y frenar, de una vez por todas, esta complicada espiral en la que estaban inmersos.

“Entiendo toda el revuelo mediático que se ha montado”, afirma Ana. La presentadora se sometía a su primera aparición pública en la presentación de 'El chico de las musarañas' y generaba una nueva polémica. Las palabras dedicadas a Alessandro Lequio, reprochándole su falta de interés y no haber ido a conocer a su nieta, generaban un ambiente complicado. Ana ha compartido ahora una nueva reflexión donde deja claro el papel que tiene Lequio en su vida y el que siempre va a tener.

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Ana Obregón tiende puentes a Alessandro Lequio

“Esta era la foto favorita de Aless”, escribe Ana Obregón en su cuenta de instagram. En la imagen, un posado de la presentadora junto a su hijo y el que era, entonces, su pareja. La viva estampa de la felicidad cuando Aless no era más que un bebé. “De hecho el Instagram de su padre lo empezó el con esa foto. Lo que más me agradecía Aless es que siempre las puertas de casa estuvieran abiertas para que su padre estuviera con el”.

Ana Obregón parece ser consciente del malestar que se ha generado en los últimos días. La presentadora se lanzaba a comunicarse con Alessandro Lequio a través de las cámaras de televisión y situaba al colaborador en una tesitura difícil. Lequio siempre ha optado por mantenerse al margen y no hablar de su vida privada ni del duelo por su hijo en público. El nacimiento de Ana Sandra, hija de Aless, ponía al italiano en el centro de la noticia. Firme en sus convicciones, Lequio trataba de no pronunciarse aunque terminaba siendo imposible.

“Os quiero decir que los tres estuvimos, estamos y estaremos juntos para siempre. Por nuestro hijo”, zanja Ana Obregón. Un declaración de intenciones que pone fin a esta semana en la que todo ha ocurrido. Le queda a la presentadora camino por delante con la promoción de su libro y el cuidado de su nieta. Un camino en el que la presencia de Alessandro Lequio va a seguir constante. Sin duda, Ana tiende puentes e intenta frenar la tensión. Ambos van a seguir unidos por el bien de su hijo, recordando, cada a uno a su manera, su legado.

Las duras palabras de Alessandro Lequio

“Lo que me parece tremendo es que digan que es una historia maravillosa. Que haya muerto un niño de 27 años no es maravilloso. Es una historia de terror, y del peor de los terrores”. Así se manifestaba Alessandro Lequio esta pasada semana. Justo el mismo día en el que Ana Obregón presentaba a los medios 'El chico de las musarañas', el libro que ha escrito continuando el trabajo que realizó su hijo Aless, el colaborador estallaba. Para Lequio, volver a revivir todo lo que pasó junto a su hijo durante su enfermedad es un trance durísimo.

Sin querer entrar en polémica con Ana Obregón, tan solo apuntaba que algunas de las declaraciones que había hecho la presentadora no se ajustaban a la realidad. Lequio agradecía a la su expareja que le hubiese dejado al margen en todo momento. El colaborador nunca ha querido pronunciarse en público sobre sus sentimientos y así va a continuar. El duelo y el dolor los llevan en la intimidad, con su familia y con sus amigos más cercanos. Una forma de entender la vida muy distinta a la de Ana Obregón.

La presentadora se emocionaba durante su primera rueda de prensa en España. Recién llegada de Estados Unidos con su nieta en brazos, la vida de la presentadora ha cambiado radicalmente. Ana tiene a su pequeña en el centro de todos sus pensamientos y tan solo ha querido romper esta rutina por el bien de la memoria de su hijo. Ahora le quedan todavía compromisos que atender y semanas de ajetreada actividad. Pero, sin duda, todo le compensa.