Ha conseguido darnos a todos una lección de vida. Un importante mensaje que seguro que ha calado en mucha gente que puede estar pasando por lo mismo. Álex Lequio es un valiente. Un luchador que se enfrente a la enfermedad con su mejor cara y dejando claro que nunca ha perdido el sentido del humor. El último objetivo de sus bromas ha sido su propio padre. Codo con codo, Alessandro no se separa de su hijo en ningún momento…

Está en pleno tratamiento. Tras haber pasado varios meses en Nueva York, plantándole cara al cáncer arropado por su madre, Ana Obregón, Álex Lequio se encuentra en España. El joven aterrizaba hace pocas semanas en Madrid y se reencontraba tanto con los suyos como con su trabajo. Un chute de energía que le ha sentado estupendamente y le permite seguir con fuerzas renovadas. El tratamiento todavía debe continuar, ahora en Pamplona y, dentro de poco, otra vez en Nueva York.

Mientras tanto Álex ha derrochado un sentido del humor envidiable. Si primero bromeaba sobre su condición de marciano al ver a sus padres con el típico uniforme verde de aislamiento de los hospitales -¡si es que es único!-, ahora ha aprovechado para tomarle el pelo, casi literalmente, a su propio padre. Junto a una fotografía de ambos, Álex ha escrito: “Nunca pensé que llegaría un momento en el que tendría menos pelo que usted”. ¡Hasta se plantea viajar a Turquía para hacerse un implante!

“Solo ha sido un malpresentimiento”, apunta Álex, recopilando un trozo del mítico diálogo de Dos hombres y un destino. El hijo del colaborador y la bióloga ha encontrado en sus padres el mejor de los apoyos. Mientras Ana Obregón no se ha separado de él ni un día, Alessandro ha tenido que ir y venir para cumplir con sus obligaciones profesionales y estar con su familia.

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