Álex González: "La prensa me espanta a las chicas"

PER PPV 014

Soltero. Tras las idas y venidas con Adriana Ugarte, Alex González confiesa que está sólo y sin compromiso. Que sí, que a veces tiene algún “tropiezo”, que no se acuerda de que los fotógrafos lo siguen y que inmortalizan esos escarceos como si fueran algo más, o sea novias. Pero no. De hecho, eso le viene fatal, dice,  porque la prensa le espantamos las chicas. Mucho más relajado con los temas que tocan el corazón, el actor confesaba sin embargo que está atacado con el rodaje de la segunda temporada de ‘El Príncipe’, que le ha salido incluso un herpes porque asegura que, como personaje, también tiene zozobra. Estas semanas rodará en Madrid para en julio viajar hasta Ceuta y Malta, los escenarios de la serie en la que el actor confiesa que pasaría media vida trabajando. No obstante, ‘El Príncipe’ tiene fecha de fin. Un final que nadie, salvo los guionistas, conocen, y que a él le gustaría que acabara con la vida de Fátima. “Lo ideal serian dos finales. El de amor y el dramático. Pero lo interesante es que muriera Fátima. Lo fácil para Morey seria morir él. Si es ella quien muere, eso sería más duro que su propia muerte”.

Dice José Coronado que, para historia de amor, la vuestra.

Es un enamoramiento mutuo. Yo estoy completamente enamorado de él. Es un compañero maravilloso y como actor es un fuera de serie. Uno de los alicientes de esta segunda temporada es volver a encontrarme con él, a trabajar juntos… Hoy ya estábamos quedando para ensayar esta tarde. Eso me motiva mucho.

O sea que sí, que es la más bonita de todas

Es la más bonita y… Iba a decir también que la más sincera (risas), pero me iba a disparar en los pies.

¿Qué significa ‘El Príncipe’ en tu carrera?

Como actor me ha dado más de lo que nunca habría pedido. Trabajar ya es una fortuna, pero encontrarme con este éxito, con este personaje y que conecte como ha conectado con el público, ha sido un regalo. También ha sido una oportunidad muy buena para ampliar mi capacidad como actor. En mi carrera, he hecho papales muy difíciles sí, pero también más inmaduros. Morey es más maduro que yo. Por lo menos más serio. También me gusta que es un tipo que no es unidireccional. Es un tipo serio, tiene un rostro impenetrable, nunca sabes qué está pensando, pero también es un hombre que se emociona, que llora, que tiene una gran capacidad para amar.

Te da tablas para otros personajes que imagino que ya te habrán ofrecido, ¿no?

Estaremos grabando hasta marzo, así que hacer planes es complicado. Yo admiro a esos compañeros que pueden hacer tele y compaginarlo con teatro. No sé cómo pueden. Cómo se hace. Yo soy incapaz. ‘El Príncipe’ es una serie muy exigente y yo ni me planteo hacer otra cosa que no sea ‘El Príncipe’. De todas maneras, es mi fórmula y siempre me ha funcionado: centrarme al 100% y hasta que no acabo, no paso a otra cosa.

¿Y después?

Tengo ganas de hacer teatro.

Mañana comienzas el rodaje y te he oído decir que hasta te ha salido un herpes de los nervios.

Decía que yo estaba nervioso, pero es que Javier Morey también está nervioso. Pasa que, pese a que tengo mucha información y un fuerte anclaje con el personaje, no sé cómo me voy a enfrentar a la nueva temporada y a Javier le pasa lo mismo. No sabe cómo se va a enfrentar a esta nueva etapa de su vida. Cómo va a ir a Ceuta con todo lo que tiene en su contra.

Y al amor de su vida…

Sobre todo. Porque en la primera temporada, la relación de amor es muy naif, muy inmadura, muy adolescente, de dos que se aman pero que quieren lo mejor para el otro sí, pero también lo mejor para ellos mismos. Ahora, a ambos se les ha roto el corazón y se enfrentan al amor de una manera más altruista. Morey todo lo que hará lo hará por amor a Fátima independientemente de si es bueno para él.

Alex González hablando de amor ante la prensa…

(risas) Soy un poco tímido y mira, para mí es una bendición y un regalo estar aquí hablando. Ahora, me remonto a cuando era pequeño y soñaba con ser actor y ni en mis mejores sueños sobaba con gozar una situación como ésta de poder conectar con el público así, que es algo a lo que todos los actores aspiramos, a que nuestro trabajo lo vea cuanto más gente mejor. Ya todo lo veo de manera positiva. No hay nada negativo. De hecho, me pasó que estuve unos días fuera y volví a España al día siguiente del último capítulo y fue un shock porque pasé de ser un desconocido que paseaba por las calles a que todo el mundo te muestre su cariño y su afecto.

¿Ya no te dan miedo los flashes?

Uno va madurando y he madurado. En estos encuentros con la prensa había algo que no comprendía y que ahora no sólo comprendo si no que veo como un beneficio del que los dos podemos retroalimentarnos. Mi trabajo y el tuyo y todos salimos beneficiados. Todos los días tengo compañeros en el portal de casa. Y ya no me molesta, de verdad. Lo único negativo es que no te puedes equivocar ni cometer ninguna torpeza porque todo se ve amplificado por una lupa. En mi caso, es un pequeño peaje.

¿Cuestión supervivencia?

Morey se dio cuenta de que no tenía por qué elegir. Que puedes amar y hacer tu trabajo. Yo lo he pensado igual.

En el caso de tu trabajo con José Coronado también ha sido así, ¿no? ¿Has logrado superar esa admiración que te superaba?

A mí me ocurre que a veces mi realidad rima con la ficción. Con José ocurrió eso. El es un tipo inteligente y desde el primer ensayo se dio cuenta de que me impresionaba. Con la inteligencia que le caracteriza, rompió esa barrera, me vapuló un poquito, nos pusimos a trabajar y es cierto que la igual que en la ficción, que la relación de Fran con Morey va creciendo, que hasta el capítulo 8 no nos tuteamos, en la realidad la nuestra también. Ahora son amigos.

¿Y con Adriana? ¿Cómo llevas que se te adjudiquen novias o te sigamos dando la barrila con las que ya has tenido?

Con deportividad. Luchar contra eso es imposible porque no es algo que maneje yo. He aprendido a no sufrir por esas cosas. En mayor o menor medida es inevitable tener algún “tropiezo” (risas) o cometer alguna pequeña “torpeza” sabiendo que hay papparazzi siguiéndote. Pero al final, eso no es grave. Tiene la importancia que le quieras dar.

¿Y de esos tropiezos que cometes qué porcentaje son algo más?

Todos nos hemos dado un beso con alguien que no tiene por qué ser tu pareja, ¿no? Sé que la prensa se alimenta de esas cosas y es normal… A mí, ahora me perjudica porque como no tengo novia, cuando publicáis alguna foto o decís que estoy con alguien, me espantáis a las chicas y no, no estoy con nadie.

¿Con nadie?

Solterisimo.

¿Y sin vacaciones?

Me embarco en ‘El Príncipe’ y hasta donde me quieran llevar. No me importa no tener vacaciones. Las vacaciones son trabajar.

¿Y de aquella pausa?

Creo que ha quedado claro (risas) La pausa se acabó y no ha habido más pausa.

Comentabas esos días que estuviste fuera durante la emisión de ‘El Príncipe’, ¿qué has estado haciendo?

He estado en Estados Unidos porque un actor tiene que intentar conocer otras cosas, otras culturas y me ha venido muy bien estar allí, conectar otra vez con el anonimato. Después, tuve la suerte de estar en Australia donde representé al Festival de Cine Español y que pensaba que iban a ser unas vacaciones y cual fue mi sorpresa que iba yo solo y he trabajado un montón. Y en inglés, con lo que ha sido muy interesante. Recuerdo que nada más llegar ya tenía un programa en directo en televisión y estaba atacado. Pero muy duro pero muy bien.

Tú ya has probado suerte en Hollywood, pero ¿te planteas más firmemente lo de dar el salto?

Lo que me planteo es trabajar. Principalmente porque la situación aquí, desafortunadamente, nos lleva a todos a pensar en trabajar fuera. Y a mí me gustaría no tener que irme, pero cada vez hay menos trabajo. Y más que dar el salto a Hollywood, pienso en otros lugares como Argentina donde se hacen muy buenas películas. Pero claro que también me encantaría participar en una gran película,  pienso en el proceso, que es muy interesante, y en resultado, que siempre te abre muchas puertas.

¿Aprovechaste para echar algún currículo?

Para tocar a algún contacto. No hice castings porque sabía que hasta marzo estoy con ‘El Príncipe’ y no quería que me pasara como con ‘Los 33’ que me cogieron y tuve que decir que no.

¿Cuando te vamos a ver de malo?

En ‘Tierra de lobos’ ya era bastante malévolo… Pero no me gusta ni una cosa ni la otra. Ni ser el bueno ni el malo. Por eso me parece interesante Morey porque está hecho de muchas cosas. Todos en algún momento somos una mezcla de todo. Ni buenos ni malos. Me gusta que sea ambiguo.

Sin camiseta si te veremos, imagino…

(risas) Es muy probable, sí.

La reacción de la audiencia ante la serie es evidente, pero ¿sabes algo de cómo se ha tomado la policía o el CNI vuestro acercamiento a su mundo?

Siempre que se interpreta algo muy real pero que es ficción nunca sale todo el mundo contento. Estoy seguro de que en el CNI se partirán de la risa de ver cómo actuamos. O en la policía, pero si hiciéramos una serie real no funcionaría. Dicen que tan sólo un 5% o un 6% han disparado una vez durante toda su carrera. Una serie así sería un aburrimiento.

¿Cómo te formaste tú?

Tengo amigos policías que me contaron, estuve en una comisaría para respirar el ambiente. Incluso fui a patrullar. Ellos están contentos… a mi este papel me ha permitido dar rienda suelta a parcelitas mías que no sacas habitualmente a la luz como Morey que es un hombre violento, de violencia contenida.

¿Las escenas de violencia son las que más te cuestan? ¿Las que más te divierten? ¿O las familiares?

El capítulo que más disfruté haciéndolo fue cuando Morey se encuentra con su padre. Siempre digo que conoces más a un amigo cuando conoces a sus padres. Y con los personajes pasa un poco lo mismo. Saber la biografía del personaje, de cómo es su padre, que su madre murió… le da otra carga, otra profundidad.

¿Tú querrías ser padre?

A corto plazo va a ser complicado. Como no adopte…

¿Y de las escenas de sexo con Hiba…?

Siempre digo que las escenas en las que hay contacto físico, ya sea sexualmente o una pelea, son difíciles porque tienes que pactar con el compañero hasta dónde puedes llegar. En las de cama, más allá de la vergüenza de estar desnudo delante del equipo, es la confianza que tienes. Nosotros nos conocíamos desde hacía un año, nos llevábamos fenomenal como amigos y de repente, nos teníamos que desnudar. Te sale ese pudor que te daría con tus primos. Después, todo eso queda a un lado y hablan los personajes, le das vida a la escena y lo haces en nombre de tu personaje.

¿Qué te ha enseñado tu personaje?

De Morey he aprendido que no hay por qué elegir.

Mi método de trabajo era que cuando me metía en un proyecto mi vida era eso y todo lo demás lo descuidaba. Él me ha enseñado que puedes trabajar disciplinadamente y también sacar tiempo para tu familia, tu pareja y que así vuelves con más fuerza.

¿No te da pena que ‘El Príncipe’ acabe?

Como actor sí, pasaría media vida con la sería, pero es bueno que termine en alto. Sería bueno que dentro de diez años la gente recuerde que hubo una serie que se llamaba ‘El Príncipe’.

¿Cómo te gustaría que terminara? ¿Final de amor o dramático?

Lo ideal sería que hiciéramos los dos y que se emitieran. Yo creo que es más interesante el drama. Que muriera ella. El héroe siempre es el que muerte y ella es la que se queda llorando al cadáver. Me parece muchísimo más dramático que muriera ella porque así muerte en vida Morey. Lo fácil es morir, lo duro es dejar a este personaje vivir sufriendo de por vida porque ha perdido porque ha perdido al amor de su vida. Eso es peor que su propia muerte. 

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