Álvaro Muñoz Escassi desvela la secuela que sufre tras 'Supervivientes 2025' y con la que su novia Sheila Casas se ha quedado en shock

Solo 24 horas son las que llevan conectando con la rutina los concursantes de ‘Supervivientes 2025’. Fue el martes por la noche cuando se celebró la gran final del reality de Telecinco, momento tras el que Borja González, Montoya, Álvaro Muñoz Escassi y Anita Williams pudieron reencontrarse con sus familiares y trasladarse al hotel para seguir su vida fuera de cámaras. 

Aunque todavía faltan dos programas para poner el punto y final definitivo a la edición, ya que esta noche hay un programa especial sobre los finalistas y el domingo hay un debate con todos los que han pasado por ‘Supervivientes 2025’, ya están recuperando su día a día. Eso sí, con algunas secuelas. Es habitual que cuando los participantes vuelven de Honduras, sufran algún tipo de secuela relacionada con sus semanas allí. Uno de los que ha contado que las padece, ha sido Álvaro Muñoz Escassi.

El segundo clasificado de ‘Supervivientes 2025’ ha reaparecido en redes sociales después de su paso por ‘Supervivientes 2025’. Lo ha hecho junto a Sheila Casas. Desde que terminó la gran final del concurso, la pareja no se ha separado. La hermana de Mario Casas estuvo en el plató para recibir a su chico después de más de tres meses separados. Después, salieron juntos de las instalaciones de Mediaset, pasaron la noche juntos, ella le acompañó horas más tarde a las instalaciones de Telecinco para la rueda de prensa que ofrecieron los presentadores y los finalistas… Y en uno de esos momentos que compartieron, revelaron dos de las secuelas que Álvaro Muñoz Escassi padece y que son de lo más curiosas.

Las secuelas de Escassi tras su paso por el reality

En unas historias de Instagram, la pareja aparece de lo más cómplice en un coche y se muestra encantada con su reencuentro. Un reencuentro sobre el que Álvaro Muñoz Escassi le ha preguntado a Sheila Casas si le ha notado cambiado. Entonces, la hermana de Óscar Casas ha contado que lo que ha notado ha sido que el jinete se va dejando las luces encendidas. Algo sobre lo que él ha dado una explicación. 

El colaborador ha asegurado que como en ‘Supervivientes 2025’ han vivido sin interruptores y sin tener que estar encendiendo y apagando luces, ahora se le olvida que tiene que hacer este gesto en momentos como ir a dormir. Algo a lo que se tiene que volver a acostumbrar ahora que ha vuelto a la rutina.

Y no es la única secuela que sufre. Álvaro Muñoz Escassi también ha contado que en la primera cena con Sheila Casas, le daba vergüenza cenar con su novia por la forma en la que él comía. Algo a lo que ella ha respondido que “comía como con las manos”. Un gesto que también viene de que en Honduras no han hecho uso de cubiertos. Tal y como ha contado el segundo clasificado de ‘Supervivientes 2025’, “tenía un poquito de ansiedad pero ya estoy tranquilo”.

Estas dos secuelas de las que Escassi se ha percatado una vez que ha regresado de ‘Supervivientes 2025’, son habituales. Muchos concursantes, a lo largo de la historia del programa, han hablado de secuelas no solo físicas. A veces han contado que han tenido que dormir en el suelo antes de volver a acostumbrarse al colchón, que han tenido que andar descalzos cuando han podido hasta que se han vuelto a acostumbrar al calzado… La clara muestra de cómo una vez que se adaptan a las condiciones del concurso, luego les cuesta volver a la realidad. Pero finalmente, terminan recuperando rápido la rutina y los gestos del día a día, con los que se muestran encantados tras el reality.

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Sheila Casas y Escassi, inseparables

Lo que está claro es que estas secuelas no están siendo impedimento para que Álvaro Muñoz Escassi esté disfrutando de sus primeras horas post 'Supervivientes 2025'. El segundo clasificado de la edición no se separa de Sheila Casas, una de las personas a las que más ganas tenía de ver tras su paso por el reality. La pareja se encuentra en muy buen momento de su relación y han tenido que hacer un parón de tres meses mientras él ha estado en Honduras. Ahora, quieren recuperar el tiempo perdido y exprimir al máximo cada minuto juntos.