'Habemus papam'. Era la frase más esperada y ha llegado. En el segundo día del cónclave, los 133 cardenales se han puesto de acuerdo y han elegido a un nuevo Pontífice. El elegido es Robert Francis Prevost Martínez (69 años) una de las opciones menos barajadas pero la que ha triunfado en las votaciones de la Capilla Sixtina.
Pero, ¿Quién es? ¿De dónde viene? El nuevo líder de la Iglesia católica nació en Chicago en 1955, aunque sus orígenes son franceses, italianos y también españoles, ya que su madre tenía ascendencia en nuestro país. Estudió Ciencias Matemáticas y, tras licenciarse, se especializó en Filosofía.
Más adelante, estudió Teología en Chicago, donde destacó en misión intercultural. Con tan solo 28 años decidió ordenarse sacerdote. Este fue el primer paso en su trayectoria espiritual. Se trasladó a Perú, donde actuó como misionero de la orden de los agustinianos.
Telecinco
Allí trabajó en barrios marginales de Trujillo, Chulucanas, Iquitos o Apurímac, lo cual le ha acercado a la realidad de las personas de todas las clases sociales. A lo largo de los años ha aprendido a hablar inglés, español, italiano, francés, portugués y entiende algo de latín y alemán.
Su vínculo con el papa Francisco
El último movimiento que se supo de él es que fue nombrado prefecto de la Congregación de Obispos, que se encarga de seleccionar a los nuevos obispos mano a mano con el papa. Robert y Jorge Mario trabajaron juntos en esta tarea, pero se conocían de antes. En 2014, el papa Francisco nombro al actual Pontífice obispo de Chiclayo, en Perú, localidad a la que ha recordado durante su discurso y en la que se volcó durante 20 años.
Telecinco
Mientras estuvo en el país sudamericano trabajó en la Orden de San Agustín. Lo que más destacan de él es su capacidad de escucha, su discreción y amabilidad y su visión internacional. Quizá lo más importante es que ha evitado la temida teoría del péndulo, que señala que tras un Pontífice más progresista, llega uno conservador.
En el caso de Prevost, se dice que cuenta con un talante moderado, equilibrando así las dos facciones. Además, ese amplio conocimiento de América del Sud le permitirá ofrecer una perspectiva muy similar a la de su antecesor.
El discurso del papa León XIV
El nuevo Pontífice ha emitido un discurso al salir al balcón de la Basílica de San Pedro, como es habitual. "La paz esté con todos vosotros. Hermanos y hermanas queridísimos. Este es el primer saludo del Cristo resucitado, el buen pastor que ha dado la vida para Dios. Yo también quisiera que este saludo de paz entrara en nuestro corazón y alcanzara a todas las personas en cualquier lugar, a todos los pueblos y a toda la tierra. La paz esté con vosotros", ha empezado.
En nuevo líder ha recordado al papa Francisco, tanto por su excelente labor como su personalidad amable. "Todavía guardamos en nuestros oídos esa voz débil, pero siempre valiente del papa Francisco que bendecía a Roma", ha dicho. No se ha quedado ahí y ha recordado cómo su antecesor "dio su bendición al mundo entero esa mañana del día de la Pascua", tan solo un día antes de su fallecimiento.
GTRES
Ahora, Prevost pide que le permitan "seguir esa misma bendición". Algo que ha dejado claro con sus siguientes palabras: "Dios os quiere a todos y el mal no va a prevalecer. Somos todos hermanos de Dios. Por eso, sin miedo, unidos de la mano con Dios y entre nosotros, vamos adelante".
León XIV ha afirmado que "el mundo necesita su luz y la humanidad necesita a él como el puente para que Dios y su amor lo puedan alcanzar". Y, para lograrlo, es necesario "construir puentes con el diálogo, el encuentro y uniéndonos todos para ser un solo pueblo en paz". Un mensaje, de nuevo, propio del anterior Pontífice, al cual ha vuelto a mencionar. "Gracias al papa Francisco", ha homenajeado.
Para acabar, ha querido agradecer "a todos los hermanos cardenales" tras elegirle en el cónclave, sin los cuales no estaría aquí. Eso sí, su último mensaje ha ido dirigido a su "querida" Chiclayo, "donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto tanto para seguir siendo iglesia fiel". Después de saludar un par de veces más y agradecer el cariño, el nuevo papa ha vuelto a entrar en la basílica, comenzando así una nueva era.
El nuevo nombre del Papa
León XIV es uno de los nombres papales más escogidos por los líderes de la Iglesia Católica. La primera vez que un religioso lo usó fue en el siglo V y la última, antes de Prevost, fue a comienzos del siglo XX. Trece cardenales decidieron que este apelativo que mejor representa sus intenciones y que, a su vez, han cargado de autoridad y firmeza a este nombre. Además, hace referencia a un pontificado largo, ya que la gran mayoría de los antecesores de Robert estuvieron mucho tiempo en el cargo.
La elección de un nombre papal no es una norma obligatoria, pero sí una tradición clave. Se remonta al siglo VI cuando el papa Juan II no pudo alzarse como Pontífice porque la Iglesia considero que su nombre original, Mercurio, era inadecuado para este puesto. Así, el religioso escogió el nombre de un santo. Un gesto que han repetido durante siglos y que ahora es un paso más en este proceso.