Nuevo giro en el caso Pablo Ibar: la última petición de su defensa tras la aparición de un nuevo testigo que podría cambiar su futuro

El equipo legal del español condenado en Estados Unidos hace 31 años asegura que el verdadero culpable está en libertad y tiene pruebas de ello.

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RTVE

El futuro de Pablo Ibar (53 años) podría cambiar pronto después de 31 años en prisión. El vasco condenado por un triple homicidio en Florida (Estados Unidos) podría no ser el asesino. Su abogado, Daniel Tibbitt, asegura que ha dado con el verdadero responsable y ha pedido un nuevo juicio para defender la presunta inocencia del preso español. La solicitud ya ha llegado a los tribunales del Estado que evaluarán si se producirá esta nueva cita judicial o Pablo permanecerá de por vida en prisión.

Última oportunidad para Pablo Ibar: su defensa solicita una nueva cita judicial

El caso conocido como ‘Los crímenes de Miramar’ ha dado un nuevo giro después de varios años alejado del foco mediático. Pablo Ibar, condenado como responsable de un triple asesinato, podría ser inocente. Aun así, ya ha pasado más de la mitad de su vida en prisión. Hace 31 años que se encuentra entre rejas cumpliendo condena. La justicia estadunidense dictó sentencia en 1994 tras considerar que era culpable de la muerte de Casimir Sucharski, dueño del club nocturno ‘Casey’s Nickelodeon’ y las bailarinas Sharon Anderson y Marie Rogers.

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la sexta

Durante 16 años, Pablo estuvo condenado a muerte, pero el Tribunal Supremo de Florida cambió de idea en 2016. Anuló dicha pena y, tras repetir el juicio, Pablo fue condenado a cadena perpetua con las mismas pruebas. Durante la última cita judicial también se denunciaron presiones desde los miembros del jurado. Han pasado 31 años desde que Pablo ingresó en prisión y ahora todo podría cambiar. Su abogado asegura que es inocente y que los verdaderos responsables del triple homicidio siguen libres.

"Sabemos los nombres y apellidos de las personas sospechosas de haber cometido estos crímenes", asegura otro de sus abogados, Joe Nascimiento. El nombre del sujeto principal en libertad que no ha salido a la luz “tiene un largo historial delictivo”. “Participó en varios golpes relacionados con droga y asaltos, junto con los dos perpetradores, tanto antes como después de los hechos por los que se acusan a Pablo, que ha sido condenado a muerte primero y a la perpetua después", asegura su abogado Daniel Tibbitt.

El equipo legal de Pablo asegura que sus sospechas “tienen consistencia”, que están seguros de ello y que tienen un testigo para demostrarlo. Al parecer, si esta persona consigue ofrecer su versión de los hechos, Pablo podría ser “absuelto” de todos sus cargos. "Tanto el testigo como los acusados pertenecían al mundo de la delincuencia relacionada con el tema de drogas, que era algo muy endémico en Florida en los años 90", ha añadido en la prensa extranjera.

Según este testigo por el momento anónimo, el móvil del triple crimen fue "un ajuste de cuentas contra el dueño” del club. “Era la víctima a por la que iban, que ya había sido amenazado y por eso tenía cámaras de videovigilancia por toda su casa y que, casualmente, ese día estaba con dos de sus empleadas del 'nightclub' en su casa", defiende su equipo legal sobre el nuevo testigo que podría cambiarlo todo.

Mientras que este asunto se esclarece en los tribunales, han vuelto a la palestra las pruebas por la que el español ingresó en prisión. Lo cierto es que la justicia reconsideró la condena de Pablo en 2016 tras valorar en que las pruebas contra el español eran “escasas” y “débiles”. Ahora, sus abogados insisten. No es el responsable del crimen y, al parecer, tienen cómo demostrarlo en el que sería el cuarto juicio del caso.

Los letrados no se han dado por vencidos y todavía creen que las pruebas no son suficientes para demostrar su culpabilidad. Las imágenes de las cámaras de seguridad que captaron a los asaltantes del club no han sido suficientes para señalar con certeza a los culpables. Seth Peñalver, otro de los acusados en 2012, fue declarado no culpable por falta de pruebas. “Han sido 31 años de montaña rusa, desde el optimismo más fuerte hasta la desesperación más negra y ahora estamos esperanzados, pero cautos”, sostiene la defensa del condenado.

Su petición es clara. “El tribunal tiene que decidir primero sobre la admisión con confidencialidad de los datos personales que hemos presentado y luego fijar o no una vista oral donde comparecería el testigo", cuenta el equipo legal. Si finalmente se celebra un cuarto juicio, el futuro de Pablo podría cambiar por completo y abandonar la celda en la que ha vivido durante tres décadas.