Cayetana Álvarez de Toledo y Arcadi Espada tienen una relación

Están solos, pero no se esconden aunque ambos son famosos. Se miran con complicidad, sus manos se rozan…

Pregunto a mis amigos de la capital, sonríen, se alzan de hombros, nadie responde, nadie quiere contestar… Ambos son del gremio –entre nosotros nos protegemos–, pero ¿qué hay más bonito que el amor? “Tristes guerras/ si no es amor la empresa./ Tristes, tristes”.

Sigo mirándolos. Ella es esbelta y elegante, como un ciprés. Él tiene una cabeza leonina y el gesto arrebatado. 

Al cabo de unas semanas, me los vuelvo a encontrar, solos también, en un restaurante del mismo barrio. Comen y charlan sin cesar. ¿De literatura, de la vida? ¿Él quizás le estaba enseñando algunas palabras en catalán? ¿“T’estimo” (“te quiero”), por ejemplo? ¡Ojo, que yo no sé nada!

Lo de Arcadi y Cayetana tal vez sea solo una entrañable amistad que ya dura año y medio basada en sus ideas políticas o qué sé yo. Pero esas miradas. Ay, esas miradas… También reían mucho.