Viene Yolanda Ramos al ‘Deluxe’ y me alegra la noche; a mí y a muchísima gente, porque los adeptos de la actriz somos cada vez más y más. Estamos enganchados a ella. Porque una vez que la conoces es difícil no pasar horas y horas viendo cualquiera de sus trabajos. Yolanda Ramos es una actriz inmensa. Cada gesto, cada mirada, cada palabra, todo en ella está medido para que el resultado sea un prodigio. Igual se me va la pinza, pero no creo: hay muchísimo trabajo acumulado que lleva dándole frutos desde hace años.

Cuenta en el ‘Deluxe’ que a los 43 años, con una hija recién nacida y un futuro laboral más bien negro, recibió la llamada de Paco León para participar en ‘Carmina y amén” mientras estaba en el lavadero de la casa de su madre. Esa convivencia con la incertidumbre y el no tener todavía asegurado, según ella, lograr vivir de su profesión el resto de su vida otorga a Yolanda una vulnerabilidad que la hace todavía más grande. Me encanta. Además es generosa en las entrevistas y simpática fuera de cámara. Es la amiga por la que todos suspiramos y no solo porque nos haga reír sino porque se hace querer y es una enciclopedia andante de la vida. Una auténtica influencer del difícil arte de existir.