La edad es una cuestión de edad, no de lo que aparezca en nuestro DNI. Puedes tener 30 y llevar un estilo de vida que se acerque a lo que se le presupone a una mujer de 70, pero también puedes tener 80 y llevar un ritmo de vida que ya quisieran las de 20. La energía y vitalidad con la que nos enfrentamos a nuestro día a día, las ganas de aprender, de querer seguir haciendo cosas, nos mantienen jóvenes y no significa que eso se convierta en paradigma de la terna juventud. El paso del tiempo es inexorable y conviene aceptarlo sin luchar contra. Sí, tenemos más arrugas, puede que hayamos prescindido de tintes y presumamos de canas, pero eso no hay que verlo como algo negativo. Al contrario, su aparición es sinónimo de que seguimos vivas. Pero mantenernos activas, sobre todo, pasados los 60 marca la diferencia.
Llevar una dinámica en la que no falten los planes (planes que verdaderamente nos apetezcan) y en la que se incluyan algunos ejercicios (siempre acorde a nuestras necesidades, preferencias y capacidades) son la clave para mantener vivo ese espíritu joven y activos que para muchos es el verdadero secreto para una vida bastante longeva y saludable.
Jane Fonda (87 años) es el claro ejemplo de que la actividad, ya sea física o mental, son la clave para mantenernos bien y en estado de plenitud. La actriz y activista, que enganchó a millones de espectadores con sus vídeos de aeróbic, lleva a rajatabla estas cuestiones y puede que ese sea su secreto para haber sobrepasado los 80 con una forma física y mental envidiables.
“Básicamente hago todo lo que solía hacer, sólo que más lento. Solía ser corredora, pero ahora me encanta caminar”, reconoce la actriz en una entrevista concedida a la revista People. “Para mí es importante variar la forma en la que me muevo, por eso alterno los ejercicios y unos días trabajo la parte superior y otras la inferior y así fortalezco mi cuerpo”, añade. Aunque reconoce que “caminar al aire libre es su forma favorita de acercarse a los ejercicios de cardio”.
Para ella, el deporte es algo que siempre ha estado presente en sus rutinas, pero es probable que haya casos de personas que estén completamente alejados de él y que no tengan contacto con la actividad física, prácticamente, desde que salieron del colegio. Para ellos también hay actividades deportivas adaptadas a sus capacidades y con las que pueden mantenerse activos. Te las contamos.
Gtres
Ejercicios que no pueden faltar en tu rutina a partir de los 60
Hay que moverse porque las articulaciones se atrofian y el riego sanguíneo no funciona como debería. Hay que moverse, pero no sólo cuando se llega a una edad, hay que hacerlo siempre. En caso de tener más de 60 años, ese movimiento se puede llevar a cabo de manera controlada y adaptada a las capacidades físicas de cada uno. No es lo mismo haber llevado una vida en la que el deporte ha sido el eje central, que haber realizado como único ejercicio darse una carrera para coger el autobús.
- Largos paseos: Caminar es uno de los ejercicios más completos y recomendados. A partir de los 30 minutos de caminata, a un ritmo no excesivamente pausado, ya se empiezan a notar los beneficios en el cuerpo. Además, es una vía de escape mental a las problemáticas que nos rondan la cabeza, sobre todo, si lo hacemos al aire libre en un entorno atractivo, como un parque o la orilla de un río.
- Ejercicios de equilibrio: El equilibrio es algo que se va perdiendo con los años, por eso conviene trabajarlo para que su pérdida no sea total. Se pueden hacer ejercicios sencillos como aguantar nuestro propio peso sobre una pierna durante unos minutos (también estaremos fortaleciendo la musculatura), o caminar en línea recta colocando un pie delante del otro.
- Yoga o pilates: Siempre adaptado a nuestra condición física y con un especialista que vaya guiando nuestros movimientos. Este tipo de ejercicios mejoran, la respiración, el equilibrio y la conexión cuerpo-mente. Además, al igual que los paseos, reducen el estrés, mejora la postura y puede aliviar dolores articulares.
- Ejercicios cardiovasculares de bajo impacto: Están pensados para reforzar el corazón y los pulmones sin forzar las articulaciones. Algunas actividades recomendadas son la natación, la bicicleta estática o los bailes (que, además, pueden ser bastante divertidos).