Por CONCHI ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS

 

Hace unas semanas, y con motivo del revuelo que suscitó el aumento de peso de Tania Llasera tras haber dejado de fumar, Sara Carbonero le dedicaba un post a la presentadora. En él se ponía de su lado y mostraba aquello que la hace diferente. La manchega, en tirantes, dejaba al descubierto la cicatriz de gran tamaño que la acompaña desde que era una niña, así como unas manchas debidas a una desigual pigmentación de la piel.

 

Sara, que una vez al mes se dedica a contestar las preguntas de sus seguidores, ha descubierto cómo se hizo esa cicatriz que tanto interés despertó en la Red. “Me caí de un tobogán cuando tenía 3 años y me rompí el brazo por varios sitos”, ha explicado a sus seguidores, quienes querían saber qué le había ocurrido para lucir tremendo recuerdo.

 

Un juego que salió mal y que dejó a una Sara Carbonero marcada de por vida. Esto a ella no le molesta en absoluto, de manera que la muestra orgullosa como si fuera su propia condecoración de guerra. Además, esta cicatriz nunca le ha generado ningún complejo a la hora de enseñar los brazos o de vestirse.

 

Sara también les ha contado a sus seguidores que la mancha que se le ve en las fotos es producto de una pigmentación desigual en la piel, algo de lo más común. En verano, y tras haber tomado el sol, se nota más la diferencia de coloración, puesto que esta zona no se oscurece del mismo modo que lo hace el resto del cuerpo.

 

La periodista deportiva jamás se maquilla su mancha, ya que prefiere mostrarle al mundo entero que ella también tiene esas “benditas imperfecciones” que la hacen única e irrepetible.

 

¡Bravo por ti, Sara! Por mostrarnos tus imperfecciones y por hablar de ellas sin tapujos de ninguna clase.