Tana Rivera (25 años) estaba llamada a ser famosa desde que sus padres anunciaron que estaba en camino. Ser hija de Francisco Rivera y Eugenia Martínez de Irujo, quiere decir que pertenece a dos familias de lo más mediáticas. Nieta de Carmina Ordóñez, de Paquirri, de la que fuera duquesa de Alba, sobrina de Cayetano y Kiko Rivera y de Cayetano Martínez de Irujo entre otros, prima del futuro duque de Alba Fernando Fitz-James Stuart, hermana de los hijos de Fran Rivera y Lourdes Montes… Tana lo tenía todo para convertirse en un personaje súper mediático de la prensa del corazón.
Sin embargo, hasta el momento, su camino está lejos de ser el centro de atención constante. Es cierto que le saca partido a su fama. Realiza ciertos trabajos gracias a su popularidad, como su asistencia a eventos en los que se codea con otros rostros conocidos. Además, proyectos como el que hizo hace unos meses de sacar su propia colección de ropa, ven cómo su popularidad es todo un empujón a la hora de darles visibilidad. Apariciones en las que además habla. Pero lo hace con discreción.
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Tana Rivera, pese a las polémicas familiares, ha sabido aunar eso de responder sobre su familia pero sin meterse en charcos. Una actitud sobre la que su padre Francisco Rivera habló hace unas semanas. En unas declaraciones que ofreció en exclusiva a la revista ‘Hola’, el diestro comentó que "mi hija Cayetana se ha convertido en una mujer maravillosa cuando tenía todas las papeletas para ser la más tonta del mundo”. Pero, ¿cómo se consigue esto?
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Desde la revista Lecturas, para conocer más a fondo el trabajo de imagen que ha hecho Tana Rivera a lo largo de los años, hemos hablado con Pau Sabaté. Nos hemos puesto en contacto con el experto en imagen y marca personal para saber cómo se gestiona esto desde el ámbito de la imagen.
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El experto ha comenzado su análisis con una afirmación reveladora. “Tana Rivera, a sus 25 años, representa una forma distinta de gestionar la fama, una que no se basa en mostrarse constantemente, sino en elegir con cuidado cuándo, cómo y para qué aparecer”, ha dicho Pau Sabaté sobre cómo la joven ha sabido marcar bien los límites en este sentido.
Tal y como ha recordado Pau, “Tana Rivera, hija de Francisco Rivera y Eugenia Martínez de Irujo, ha estado en el centro del interés mediático desde pequeña. Pertenecer a dos de las familias más reconocidas y comentadas de España implica una exposición pública difícil de evitar”. Pero ella ha sabido lidiar con esa dificultad, llegando a un logro que muy pocos consiguen. El experto en imagen ha destacado que “sin embargo, lo que ha hecho con esa herencia no es lo habitual. En vez de utilizarla para protagonizar portadas o generar contenido constante, ha optado por mantener un perfil bajo y una presencia pública muy controlada”.
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Sobre esa dualidad entre ser famosa y aparecer públicamente pero sin traspasar esa línea de ser un personaje público polémico o que se prodiga de forma continua en medios de comunicación, Sabaté ha comentado que “no ha desaparecido del todo de los medios, pero ha sabido marcar una diferencia. Sus redes sociales son privadas, no concede entrevistas con frecuencia, y cuando aparece en un acto público, suele hacerlo por motivos claros, no por el simple hecho de estar”. Gracias a ese mix tan equilibrado, Tana Rivera ha conseguido mantenerse “lejos del espectáculo o del exceso de protagonismo”.
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Después, Pau Sabaté ha profundizado en cómo ha logrado Tana Rivera llegar a este punto. Sobre la estrategia que sigue la hija de Francisco Rivera y Eugenia Martínez de Irujo, ha resaltado que “uno de los rasgos más interesantes de su manera de comunicarse es su capacidad para decir lo justo. Cuando habla, no lo hace para generar titulares”.
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Sobre cómo consigue esto la joven, el experto en marca personal ha explicado que “evita los temas delicados, especialmente los familiares, y en su lugar apuesta por declaraciones sencillas, correctas y positivas. Un ejemplo claro fue su comentario sobre Lourdes Montes, esposa de su padre, a quien definió como “un ángel que la vida nos puso en el camino”. Una frase que no busca polémica ni atención, pero que transmite una imagen de agradecimiento”.
Una de las cuestiones más complicadas de lidiar, ha sido la de que “Tana ha tenido que convivir con la presión mediática desde muy joven. Ha presenciado momentos complicados en su familia, con conflictos expuestos públicamente y relaciones tensas entre algunos de sus miembros”. Momentos incómodos en los que, tal y como ha comentado Pau, ella “ha sabido mantenerse al margen. No ha entrado en disputas ni ha hecho declaraciones innecesarias. Ha dejado que los demás hablen, mientras ella mantiene su espacio personal a resguardo”. Algo que le ha beneficiado mucho a la hora de tener esa postura neutra en lo que a las polémicas familiares se refiere.
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Desde el punto de vista del experto, “es precisamente esa actitud la que ha permitido que se construya una imagen de equilibrio. Da la sensación de que tiene claro lo que quiere y, sobre todo, lo que no quiere. En vez de ceder a la presión de las redes o del interés mediático, ha optado por mantenerse firme en su decisión de no sobreexponerse”.
Sobre esa frase de Francisco Rivera sobre que Tana “tenía todas las papeletas para ser la más tonta del mundo”, el experto ha comentado que es “una frase que refleja una realidad frecuente en el entorno de los hijos de famosos. Es fácil dejarse llevar por la fama heredada. Tana, en cambio, ha optado por una vía distinta”.
Como conclusión, sobre los resultados obtenidos por Tana Rivera con esta estrategia, Sabaté ha comentado que “ella nos ha demostrado que se puede formar parte del mundo mediático sin perder el control sobre la propia imagen. Ha decidido no vivir de la fama ni del apellido, sino desde una posición más tranquila, centrada en lo que le interesa y le representa”.