Que el novio no quiere. No quiere y no quiere. Hasta el punto que no se presenta en la iglesia. O en el juzgado. O donde se vaya a celebrar la boda. Pero él no acude. Juan Ortega dio la ‘espantá’ el 2 de diciembre pero no había sido el primer torero en hacer algo parecido…
Si en 2023, Carmen Otte se quedó plantada a pocas horas de caminar hacia el altar, en el año 2003, fue otra Carmen a la que le pasó algo parecido. Ella era Tello, Carmen Tello, y, al igual que la cardióloga, llevaba años siendo la pareja de Curro. En el caso de Otte, ella y Juan Ortega llevaban una década como novios. En esas circunstancias, cualquiera diría que se conocían a la perfección, pero las relaciones humanas, especialmente las de índole amorosa, siempre deparan sorpresas. Y a Carmen le deparó la peor de todas. Mientras estaba en la peluquería junto a su madre, haciéndose las ondas más perfectas que nadie se había hecho antes, recibió la noticia.
“Que Juan no se casa”. Se lo decían dos buenos amigos del torero y Carmen Otte no daba crédito. ¿Cómo le podía estar pasando a ella algo semejante? ¡Si en la preboda Juan había estado bien! Había bailado, había brindado, aunque sus ojos… había algo ahí… ¿Qué estaba pasando? Ortega llevaba días fingiendo una normalidad que no era, asediado por el agobio y el miedo a este compromiso de por vida y, al final, las dudas ganaron a las ganas. No podía seguir adelante.
Antes de que la novia si quiera lo supiera, se lo dijo a Josep María Quintana, sacerdote y amigo de los novios. No le pidió consejo, tan solo le comunicó una decisión que estaba más que tomada. No había camino de retorno. Él, que logró lo que parecía imposible, que Tamara Falcó perdonase a Íñigo Onieva tras sus mentiras y la infidelidad, con Juan Ortega no podía. Aquello estaba mas que decidido.
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Y, mientras, los invitados arreglándose. Ellas calzándose los tacones y ellos poniéndose las corbatas. Quinientas personas mirándose al espejo para lucir increíble en la boda que debía revolucionar a todo Jerez pero que lo hizo de una manera completamente inesperada. Y, entre ellos, Carmen Tello y Curro Romero, que debían volver a revivir su histórica ‘espantá’...
El día que a Curro Romero le entraron dudas y dejó plantada a Carmen Tello
Al menos, Carmen Tello se enteró unos días antes de que no habría boda. Otte se quedó con el vestido, valorado en 6.000 euros, sacado de la funda y sin poner. Lo que sí comparten ambas novias es que ninguna de las dos recibieron excusas directas de sus novios. Si jerezana la recibió de parte de los amigos de Juan Ortega, Tello lo descubrió por la prensa.
“Por razones indeterminadas, mi anunciada boda queda anulada”. Fin. Curro Romero era escueto y demoledor en su comunicado. Aquello cayó como un auténtico jarro de agua fría en Carmen Tello, que tenía que leer en la prensa, con absoluto estupor, que la dejaban tirada. Era 9 de febrero de 2009 y faltaba menos de un mes para la boda.
Ellos también iban a celebrar una boda multitudinaria. Si Otte y Ortega habían convidado a quinientas personas, ellos lo habían hecho con cuatrocientas. Ellos, eso sí, la festejaban en Sevilla. Pero el resultado fue el mismo: cero unidades de ‘sí, quiero’ por parte de los novios.
¿Cómo podía estar pasando eso? ¡Si solo habían tenido un pequeño rifirrafe! ¡Solo había sido un comentario sin maldad! Una discusión que se saldó con Carmen Tello diciendo con sorna, “vaya ambiente en vísperas de boda. Así uno no se puede casar con estos nervios”, y que Curro Romero sentenció con un “¿qué tú no te quieres casar? ¿qué no te casas? Pues a ver si el que no se casa soy yo”. Y lo cumplió.
Tras leer semejante comunicado, cuando la boda estaba fechada para el 1 de marzo, Carmen Tello se deshizo en lágrimas. A Otte le pasó lo mismo. Un shock solo roto por el llanto desconsolado. Y, mientras que la doctora se refugia en sus padres, su predecesora lo hacía en el abrazo de su buena amiga Montse Fraile, que no la dejó sola.
No una boda ¡si no dos! Así se resarcieron Curro Romero y Carmen Tello
Curro Romero y Carmen Tello habían superado mil obstáculos. Concha Márquez Piquer, primera mujer del diestro, no le quería dar ninguna facilidad para casarse de nuevo. Estaba profundamente herida tras el fin de su historia.
Por su parte, Tello se topó fue con las habladurías y crueldad de la alta sociedad sevillana que veía con malos ojos que esta hubiera acabado su matrimonio con Miguel Ángel de Solís-Beaumont y Martínez de Campos, marqués de Valencina, y ahora se enamorara de un torero. Pero pudieron con todo, quizás, debido a eso, también fueron capaces de arreglar su pareja. De ahí que, a los días, los planes de boda volvieran a estar en pie.

El look que Carmen Tello lució en su boda civil con Curro Romero
Curro Romero, arrepentido, le pidió perdón de innumerables maneras y veces; Carmen Tello, enamorada perdida de él, le perdonó. Y el 16 de febrero de 2003 la pareja se casaba en el chalet familiar de Espartinas (Sevilla). Un enlace civil al que solo acudieron los hijos del matrimonio y los buenos amigos que les sostuvieron en los momentos difíciles.
Y no contentos con ser marido y mujer ante los ojos de la ley, también lograron serlo ante los de Dios. En 2022, en la Capilla de la Casa Pilatos, en Sevilla, se volvieron a dar el ‘sí, quiero’; algo que llevaban deseando desde que la idea de casarse se planteó por primera vez, pero que no fue posible debido a la no colaboración de Concha, ex de Curro Romero; pero, a su muerte, hubo vía libre para hacer realidad este sueño que la pareja siempre había perseguido.
Si Curro Romero y Carmen Tello son en el espejo en el que Juan Ortega y Carmen Otte deben mirarse, pueden estar tranquilos, su historia de amor tuvo un final feliz, y, si los rumores son ciertos, y la cardióloga está dispuesta a escuchar lo que el torero tiene que decirle podrían estar más cerca de lo que creen de que esto se haga realidad.