Cuando Olivia Valère falleció, en junio de 2022, lo hizo sin dejar herencia. La empresaria, uno de los nombres clave de la noche marbellí, moría en su casa parisina debido a un cáncer de estómago y dejaba a sin repartir su abultadísimo patrimonio. En su lógica, hacer testamento no tenía ningún sentido: una vez que ella faltase, sus bienes se repartirían entre sus tres hijos. Fin. Pero lo cierto es que un año más tarde, estos tres descendientes tendrán que acudir a la justicia para que esto sea posible.
El 25 de octubre, Carinne, Arnaud y Xavier, los tres hijos de Olivia Valère debían acudir al juzgado de primera instancia número 3 de Marbella con el fin de que se realizara una formación de inventario, que recogiera qué constaba realmente en la herencia de la empresaria. Para ello, cada uno, armado con una listado de pertenencias, debían llegar a un acuerdo sobre qué hay que repartir. Pero nada de esto fue así, porque entró en juego el ex marido de la fallecida, Philippe Roger.
"Philippe se ha personado diciendo que había vuelto con ella y que por eso le corresponde toda su herencia", asegura la abogada de Carinne, Emilia Zaballos a El Español. "Él se vale de un testamento del 2011 donde, supuestamente, le deja el usufructo". Además, puntualiza que esto se presentó en Francia, y que no tiene validez alguna, dado que la herencia se está resolviendo en España.
El inventario de la herencia de Olivia Valère
Debía haberse realizado el pasado 25 de octubre pero el inventario aún está en el aire. Los herederos no se personaron en los Juzgados con sus listas por lo que el proceso no ha podido seguir adelante.
Tal y como estaba acordado, los tres hermanos acudirían a Juzgado número 3 de Marbella con sus listas y las pondrían en común. Tras ello, sería el juez quien determinaría qué forma parte de la herencia y qué se queda fuera. Tras ello, se procedería a la tasación de cada uno de los bienes e inmuebles y después se haría una división equitativa en tres partes. Un proceso desagradable y doloroso pero que, de no llegar a un acuerdo, sería completamente necesario. Con la entrada en juego de Philippe este proceso se complica aún más.
En la demanda presentada por Carinne, existe un anexo en el que se recoge el contenido de la herencia. Hablamos de viviendas en España, más concretamente, en Marbella, fincas en Portugal y también un apartamento en París, donde Olivia Valère falleció el pasado año. Además, un sinfín de las más preciadas joyas, como 16 anillos realizados en con las piedras preciosas más exuberantes, como rubíes, zafiros y diamantes. Además, varias obras de arte del artista estadounidense Robert Silvers, relojes y colgantes de algunas de las mayores firmas de alta joyería y abrigos de pieles. La empresaria que revolucionó el ocio nocturno en la Marbella de los años 80 tenía una impresionante colección de piezas de piel, así como de bolsos de lujo; una colección de la que, actualmente, su hija Carinne desconoce cuál es su paradero.
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“Siempre me decía que le gustaría que yo tuviese sus joyas”, asegura la hija de Olivia Valère en conversación con el citado medio. Las dos tenían una fabulosa relación y de lo más próxima; ahora Carinne siente que debe reclamar aquello que le pertenece. “Lucharé por lo que quiero. Mi madre siempre me decía que todas las cosas personales iban a ser para mí”.
La tensa situación con el ‘viudo’ de Olivia Valère
Olivia Valère se casó dos veces y tuvo tres hijos. Los dos mayores, Carinne y Arnaud, fueron fruto del matrimonio de esta con Albert Albouhair; y Xavier, de la relación de la empresaria con Phillipe Roger. “Con mi hermano Arnaud estoy genial y hablamos todos los días. Con Xavier depende del día. Le quiero mucho pero sé que está un poco influenciado por su padre”, asegura la hija que puso en marcha toda la maquinaria de la repartición de la herencia de la cantante de ‘Cantinero de Cuba’. Y es que las relaciones con Roger son de lo más tensas. De hecho, Carinne reclamará ante la justicia que él no perciba la llamada cuota viudal, puesto que él y su madre llevaban años separados.
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Iniciar todo este proceso quizás también viene motivado por el deseo de desposeer a Phillip Roger de pertenencias de Olivia. La abogada de Carinne, asegura que actualmente los cuadros anteriormente nombrados, piezas de Robert Silvers, ahora se encuentran en poder ilegítimo de la ex pareja de la fallecida. Por los que a su hija nada le gustaría más que recuperarlos; así como saber dónde están algunas de las piezas a las que más cariño tenía su progenitora, y cuyo paradero desconoce.
Con las propiedades a repartir sucede algo que complica aún más la situación, puesto que pesan algunos embargos sobre la parte que corresponderían a Roger; así que esto también debe ser determinado por el juez a la hora de repartir las viviendas.
La abogada de la Carinne reitera que los documentos presentados, casi in extremis, por parte de Roger, además de no tener validez, "no aportan ninguna prueba". "Estaban separados desde hacía años y no era el viudo. Él dice que volvieron, pero eso solo es demostrable si hubieran ido al juzgado para que esa separación no tuviese validez y no es el caso". Pero sí que lo hace todo más complicado.
“Nunca pensé que íbamos a llegar a pelear por este tipo de cosas. Pensaba que todo sería más fácil”, dice Carinne que asegura tener fe ciega en la justicia y que confía que todo se resolverá de la mejor manera.
El pasado televisivo de Olivia Valère
En el año 2010, España entera conocía el nombre de Olivia Valère. Hasta entonces, la francesa había sido un personaje importantísimo en la noche de Marbella pero no gozaba de la popularidad que después alcanzaría. Su club nocturno era el epicentro de la diversión en la Costa del Sol; pero a raíz de su participación en 'Mujeres Ricas', su fama se disparó.
El reality de La Sexta, que acompañaba a varias mujeres adineradas de nuestro país, con un montaje divertidísimo y unas situaciones descacharrantes, fue todo un éxito y las vidas de sus protagonistas dieron un auténtico cambio. Ya no solo eran ricas, también eran unas estrellas.
Olivia Valère había llegado a Marbella en los años 70. Su vida anterior no tenía nada que ver con el mundo de la noche. Ella había estudiado Literatura en la Sorbona, y tras eso había trabajado en el Senado francés.
En París montó su primer local de ocio, y en un viaje con una amiga artista por el sur de España, cayó rendida a los encantos (y a las infinitas posibilidades) que tenía Marbella, la que, a partir de entonces, se convirtió en su hogar. Descubrió que la localidad malagueña tenía un enorme potencial a explotar y contribuyó a crear la leyenda de lujo y ostentación que rodearon a la ciudad.