A las demandas de paternidad de la belga Ingrid Sartiau y el catalán Albert Solá, ambas desestimadas, en las que defendían ser hijos del rey emérito Juan Carlos de Borbón, se une ahora una nueva reclamación, la de María L.A.L., de 54 años. Según una información aparecida en El Español, María quiere llegar hasta el final para que le sean reconocidos sus derechos. "Voy a luchar por lo que es mío. En su día tuve el anhelo de conocerlo. Pero ahora ya no. Ahora solo quiero lo que me corresponde", ha declarado la mujer. María dice que su madre conoció al rey Juan Carlos cuando era príncipe y acudió con Franco a la inauguración del pantano de Santa Ana, en Alfarrás (Lleida), obra en la que trabajó su abuelo materno, Andrés, y por la que Franco lo condecoró.

María tiene dos hijos y una enfermedad que no le permite trabajar, por lo que tan solo dispone de una pensión de 460 euros al mes. Al no tener dinero, ha tenido que acogerse a la justicia gratuita. La primera abogada que se le designó, Aránzazu Cardeñoso, no puede llevar la causa, ya que no está autorizada para elevarla al Supremo. Así lo declaró a El Español. "A mí me asignaron el caso, pero yo no estoy autorizada a llegar hasta el Tribunal Supremo, que es donde han de dilucidarse este tipo de cuestiones relacionadas con este tipo de demandas de paternidad. Y no en los juzgados de Primera instancia de Madrid, que era hacia donde se encaminaba todo y donde yo sí podía llevar a cabo la defensa".

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La mujer tiene pruebas para demostrar que el rey Juan Carlos es su padre. "Fotografías, cuadros, varios regalos que me hizo, además de lo que me contaba mi madre y todos los recuerdos que me han ido aflorando en los últimos años", ha dicho. Uno de esos recuerdos se remonta a 1966: "Me llamó la atención lo grande que era aquel hombre. Sus piernas sobresalían de la butaca. Me trajo una muñeca con su vestidito, de esas que no teníamos las niñas de mi edad. Y mi madre no quiso que me la quedara porque llamaba mucho la atención".

"Durante años, siendo yo pequeña, escuchaba a mi madre decir una y otra vez que yo había nacido rica y que se me había torcido el camino. '¿No te gustaría vivir en un palacio? Allí te pagarían los estudios…'. Un día Juan Carlos estaba en la televisión, mi madre me miró y asintió. Me confirmó que era mi padre y a mí me temblaron las rodillas", confiesa María.

Hace cuatro años saltó la noticia de la mujer belga Ingrid Sartiau, quien también asegura ser hija del rey emérito. "Su demanda, presentada en 2015, fue aceptada en un principio gracias a un acta notarial firmada por su madre, pero fue tumbada poco después por el Tribunal Supremo", recuerda El Español. María siguió aquel caso por televisión. "Me vinieron a la memoria los regalos: un balancín muy caro, una bici BH, un cochecito, aquella muñeca… y los cuadros, las fotografías y las frases de mi madre. Me quedé en shock", afirma María, que se puso en contacto con Ingrid y ha recibido todo el apoyo de esta.

Albert Solá es otra persona que también afirma ser hijo de Juan Carlos I. Puso una demanda en 2015, que fue desestimada. También María se ha puesto en contacto con Albert. "Albert me contó que él también había recibido una bici BH con la misma edad que yo. Hace poco me dio incluso una muestra suya de ADN por si lo necesitaba para contrastarla con la mía. Pero eso no es suficiente, porque necesito la de mi padre", ha dicho María.