Después de 16 años de amor, Rocío Carrasco y Fidel Albiac se daban por fin el ‘sí, quiero’. La hija de ‘la más grande’, ponía el broche de oro a su historia de amor con una ceremonia en la que Rocíito reunió a más de 250 invitados y en la que sin embargo, pesaban mucho más las ausencias.

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Rocío Carrasco Jurado

Rocío quería que en su segunda boda todo fuera perfecto. Estuvo quien ella quiso, y aunque 250 comensales pueden parecer muchos, en comparación con su primera boda -a la que asistieron cerca de 1000-, ésta parecía casi íntima.

El hotel Valdepalacios, situado en la localidad toledana de Torrico, se convirtió en una auténtica fortaleza fletada por cuatro guardias de seguridad que, a las puertas de la finca, pararon a todos y a cada uno de los coches que se acercaban al recinto para pedirles su acreditación y comprobar que se encontraban en la lista de invitados.

Este incidente, provocó que se formara un gran atasco en la carretera comarcal TO-119 -única vía de acceso a Torrico-. Un atasco que hizo que se presentara en la misma puerta la Guardia Civil, “¡Será que no tenéis sitio para meter los coches!", decían indignados mientras trataban de descongestionar la vía.

Sin embargo, y a pesar de que Rocío intentó que su enlace se produjera bajo el máximo secretismo, y de que prohibió terminantemente al personal de la finca el uso de teléfonos móviles, poco a poco se han ido filtrando algunos secretos que han roto el hermetismo de su ‘clandestina’ boda. ¿Quieres conocerlos? Todo en nuestra galería.