Leire Martínez ('Oreja de Van Gogh') rompe su silencio sobre la eterna rivalidad con Amaia Montero

La cantante Leire Martínez ha roto su silencio cuando ha cumplido 15 años como vocalista de 'La Oreja de Van Gogh', unos inicios que fueron "muy difíciles" para ella. Así lo ha confesado ella misma en una entrevista exclusiva para 'Socialité' donde ha hablado por primera vez de Amaia Montero, su eterna rival para el público. Fue tal el revuelo que se ocasionó cuando se puso al frente del grupo que la presión le afectó hasta tal punto que tuvo que pedir ayuda psicológica y se planteó dejar el grupo.

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Aunque no pretende generar polémicas, Leire Martínez admite que no mantiene ningún tipo de relación con Amaia Montero: "Nos conocemos. Hemos coincidido varias veces. Hay una relación correcta, pero no hay una relación más allá". Eso sí, cuando recuerda las declaraciones que la vasca hizo mostrando su malestar porque su sustituta firmara sus discos, Martínez es tajante: "Hay determinados discos que no firmo porque no quiero generar malos rollos. Pero es verdad que cuando alguna persona te insiste y te dice, 'el disco es mío y quiero que me lo firmes', adelante'", sentenciaba dejando entrever que los seguirá firmando si un fan así lo quiere.

Leire no oculta que hubo muchos gestos de Amaia que no le gustaron pero prefiere dejarlo pasar para no generar fuegos: "Todo lo que no fue razonable y normal, y todo lo que ya trascendió o ha ido trascendiendo, pues no es agradable. Pero es verdad que intento estar un poco al margen, porque como siempre digo, no es mi guerra. Yo vengo a trabajar", revelaba con sinceridad.

Leire Martínez rompe su silencio en 'Socialité'

Con respecto a una hipotética colaboración entre ellas, Leire es realista: "Es algo que se plantea mucho. De hecho hay un montón de vídeos en YouTube donde hacen el juego y nos unen a las dos pero es algo que decidiría el grupo y ella", exponía.

Leire ha terminado su intervención mostrando cierta empatía con Amaia: "A veces, ser la única mujer en un equipo únicamente de hombres, al ritmo que se vive, con las exigencias de la industria, de la sociedad, de todo no es nada fácil (...) La admiro y la respeto profundamente. También me hubiera gustado haberme sentado con ella a tomar un café y que me contara su experiencia pero fue algo que no surgió", concluía con cierta resignación.