Hace unos días que Kiko Rivera (41 años) e Irene Rosales (33 años) mostraron lo unidos que están en la primera Comunión de Ana, su hija mayor. La pareja se mostró feliz, sonriente y muy cariñosa en un momento en el que el DJ se ha dado cuenta de las grandes ausencias familiares. "A veces, hija, la vida nos enseña que no todos estarán cuando más los necesitamos… pero también nos enseña algo aún más valioso: quiénes sí están. Y esos, los que hoy te abrazamos, te miramos con ternura y celebramos contigo, son los que debes guardar siempre en tu corazón", escribió el hermano de Isa Pantoja.
Con estas palabras Kiko dejó claro que a pesar de que ni su madre, Isabel Pantoja, ni su tío Agustín ni su hermana Isa estuviera en un momento tan importante para la niña, él estaba orgulloso de la familia que había formado. Eso sí, entre líneas se lee perfectamente el dolor que siente por la falta de todos ellos. De hecho, tan solo unos días después Kiko confesó el mal momento por el que estaba pasando. "He perdido el control. Y no me da vergüenza decirlo. Estas últimas semanas han sido un torbellino. Demasiados cambios, demasiadas exigencias, demasiadas cosas ocurriendo al mismo tiempo", relató.
Totalmente desbordado, Rivera continuó explicado a sus seguidores que aunque intenta ser fuerte, positivo y tirar siempre hacia adelante, hay momentos en los que simplemente no puede más. "Creo que he ido con el pie demasiado pisado al acelerador, sin darme cuenta de que el cuerpo y la mente también necesitan frenar. Respirar. Escuchar lo que realmente está pasando dentro de mí. Porque no soy una máquina, soy humano", explicó.
Kiko está a dieta, entrena a diario, ha dejado de fumar, tiene nuevas responsabilidades y está viviendo cambios en su entorno que le han llevado a tener mucha tensión y presión. "Para una persona como yo, con mi manera de ser, con mis luchas internas, es una bomba de relojería. Y siento que ya explotó. No estoy escribiendo esto para que nadie me compadezca. Lo escribo porque necesito soltarlo. Porque quiero ser real, no una fachada sonriente que aparenta tenerlo todo bajo control cuando por dentro se está cayendo a pedazos", continuó confesando sobre el mal momento que está viviendo.
A pesar de estas duras palabras, el primo de Anabel Pantoja dejó claro también que no era un adiós ni estaba tirando la toalla, solo que necesita parar un momento para darse permiso de descansar, de descomprimir, de respirar profundo y de resetear. "Ayer fue un día muy duro emocionalmente. No voy a entrar en detalles, pero algo dentro de mí se rompió un poco. Quizás eso tenga algo que ver con cómo me siento hoy. O quizás simplemente mi mente ya estaba al límite y ese fue el empujón final. Todo me superó", escribió, añadiendo que necesita cuidarse de verdad no solo con entrenamientos y hábitos perfectos, sino con empatía hacia sí mismo.
La reflexión de su mujer
Días después de esta dura confesión de Kiko, ha sido Irene la que ha escrito una importante reflexión con la que deja clara su postura. Y es que sin duda la modelo se ha convertido en el mayor apoyo de su marido en estos momentos tan complicados. A través de su perfil de Instagram, la mujer del DJ ha escrito sobre la etapa vital en la que se encuentra: "Yo ya di por terminada mi etapa de intentar sostener vínculos, que se vaya quien se quiera ir".
Unas palabras con las que sin duda muestra apoyo al hijo mayor de la tonadillera. Al igual que Kiko, Irene está expresando que por mucho que ella haya sido el puente entre algunos de sus familiares (seguramente por el bien de sus hijas), ha llegado el momento de dejar ir a quien no quiera estar en sus vidas. ¿Es un mensaje hacia su suegra? ¿Dan por terminada la relación definitivamente?
Pero además, Rosales ha querido compartir también cómo se define a ella misma como mujer. "Alma libre, espíritu que no se encierra y un corazón que no se apaga" son algunas palabras que ha escogido de un post de la coach Katy Salcedo, quien cree conocer cómo son las mujeres nacidas en junio (Irene cumple 34 años el día 15).
"Actúan con determinación, piensan rápido y sienten profundo. Son magnéticas por naturaleza, su presencia deja huella: inspiran, elevan y despiertan admiración sin intentarlo siquiera. Son honestas consigo mismas, intensas cuando aman, y leales hasta el alma. Nada las detiene cuando creen en algo... y siempre creen en sí mismas. Eres fuego suave, corazón valiente y mente brillante", ha escrito Salcedo. Un definición con la que la modelo se ha visto muy reflejada.