Los fans de MasterChef no están nada contentos después de la emisión de la última gala. Y es que la cuarta eliminatoria del programa se ha saldado con uno de los aspirantes favoritos del público y de los que más posibilidades tenían de ganar, Ramón. El camionero, que había intentado en numerosas ocasiones pasar el casting para concursar, ha sido el eliminado de esta semana. Una expulsión que, según muchos de los seguidores del programa, es totalmente injusta a pesar del criterio de los jueces.

Aun teniendo un cómico momento en el que los concursantes debían cocinar rabo de toro y Samantha era víctima de su propia broma al atragantarse con el plato de Fabio, uno de los concursantes, y otro muy dulce con la participación de un invitado estrella, Pablo Alborán, el programa terminó muy muy mal. Todos los concursantes terminaron participando en la prueba de eliminación después de dejar al cantante y su equipo casi sin comer. Según muchos, por culpa de una prueba de exteriores muy complicada para el nivel que todavía tienen los aspirantes a chef. El caso es que se les dividió en tres equipos y solamente el capitán de cada uno sabía qué plato iban a cocinar y, tras empezar ellos tres a solas los 20 primeros minutos, el resto de sus equipos debían finalizar el plato sin saber cuál era.

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Ketty MasterChef

El kit de la cuestión es que los 'capitanes' habían escrito de qué plato se trataba en una tarjeta que se guardaba a buen recaudo bajo una campana que se levantaría al final de la prueba. Ningún concursante podía abrir la campana o darse pistas, unas infracciones que se penalizarían con la expulsión inmediata, tal como dijeron Eva González y los tres jueces insistentemente. Pues no falla, allá que fue Jon, concursante vasco del equipo formado por él mismo, Ramón y Jorge (capitán), y levantó la tapa para ver qué plato estaban cocinado sus compañeros antes de que le tocase su turno. Sin embargo, Jon solo se llevó un toque de atención por parte de la presentadora. ¿Expulsión? Nanai de la China. Una decisión que muchos han interpretado como un teatrillo del programa, ya que el público considera que Jon debería haber sido eliminado inmediatamente a pesar de que él mismo tache su comportamiento de "error".

"Que por qué la ha levantado, pues no sé; ¿que lo ha hecho aposta?, pues no creo. A lo mejor, lo ha hecho aposta y tengo que decirle 'tío de qué vas'", decía Ramón de buena fe. El caso es que Jon, Ramón y Jorge perdieron la prueba de eliminación de todos modos, ya que su plato era un "absurdo" por la combinación de ingredientes y por haber olvidado el principal para hacer la salsa: la harina. Así que los tres aspirantes se vieron enfrentados entre sí en una segunda prueba de eliminación en la que deberían recrear el plato del equipo vencedor de la anterior, un arroz de marisco. Por desgracia, Ramón dejaba crudo su arroz y, por eso, el jurado terminaba por expulsarle.

"No es trago fácil para este jurado. Es una decisión increíblemente difícil. Nos sabe mal que no te lo imaginas. Seis años ha estado este hombre para entrar aquí y lo ha hecho muy bien", decía Jordi Cruz al nombrar a Ramón como el cuarto eliminado. Sus compañeros estaban desolados y Jorge, su rival, no dejaba de repetirle "No te lo mereces", unas palabras que terminaban por hacerle llorar. ¿Qué hizo Jon? Pues llorar también y soltar un "Me tendría que haber ido yo". Un gesto que muchos han interpretado como de Judas. Habrá que esperar para saber si la repesca será justa con este concursante brillante que tuvo que irse inmerecidamente.