Silvia Tortosa dejó este mundo el pasado 23 de marzo víctima de un cáncer de hígado, sin familia cercana con la que mantuviera relación y con un marido, Carlos Cánovas, del que se había separado recientemente dolida por una infidelidad. La actriz tenía un cuantioso patrimonio fruto de una vida de trabajo y, una semana después de su muerte, la polémica sobre quién se hará con su herencia está en boca de todos. Según ha podido saber Lecturas, hace ocho meses, cuando Silvia descubrió que Carlos mantenía una relación con la también actriz Marina Lozano, decidió cambiar su testamento.
“Estaba herida y dolida con Carlos. No creo que le deje todas las propiedades a él. Ella no era tonta y decía que sabía muy bien lo que quería hacer con su herencia”, nos cuenta Tony Aliaga, representante y amigo de la actriz. Tortosa era propietaria de cuatro inmuebles. Dos pisos en Barcelona –uno en la céntrica calle Rosselló y otro cerca del Park Güell– un piso en Madrid y su hogar, en la lujosa urbanización madrileña de Puerta de Hierro, una casa de 400 m2 con cuatro plantas, jardín y piscina. Sabemos también que el mismo día que cambió el testamento Silvia tomó otra importante decisión...
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