Las desagradables palabras de Mario Vargas Llosa a Isabel Preysler que acabaron en ruptura

Uno de los momentos determinantes de la ruptura de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa fue una conversación que mantuvieron y que terminó con el gesto definitivo por parte de ella para poner punto y final a su romance

Helena Arriaza
Helena Arriaza

Redactora digital de Lecturas

Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa
GTRES

Las informaciones sobre la ruptura entre Isabel Preysler (71 años) y Mario Vargas Llosa (86 años) no cesan. Los motivos de su separación o los mensajes que hubo entre ellos para dejar su noviazgo son algunas de las cuestiones que no dejan de ver la luz. Ahora ha sido Beatriz Cortázar la que en ‘El Programa de Ana Rosa’ ha relatado la conversación que tuvieron la noche en la que se terminó de dinamitar todo y comenzaron sus caminos por separado.

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Isabel Preysler

Según ha contado la periodista en el programa matinal, Mario Vargas Llosa le dijo a Isabel que “¿qué horas son estas? Las 3 de la mañana de llegar, esto es intolerable. Te estás tomando demasiadas libertades”. Una conversación que habría llegado a un tono no muy agradable, fiel reflejo de que las cosas no estaban bien entre ellos. El enfado estaba muy presente, y según la periodista, Isabel después habló con una amiga y también Ana Boyer fue testigo del momento, porque permanecía despierta y cerca de su madre cuando sucedió todo.

El gesto con el que Isabel Preysler puso fin a su relación con Mario Vargas Llosa

Después de esta noche un tanto desagradable, Beatriz ha contado que al día siguiente Mario Vargas Llosa hizo su vida: "se fue a la reunión de la RAE, Isabel le esperaba para cenar, pero finalmente Mario le pidió a su chófer que le llevara a su domicilio. En lugar de enterarse por el escritor, Isabel se habría enterado de esto por el chófer, algo que le habría molestado muchísimo. A partir de ahí, Mario no volvió en varios días. El siguiente gesto fue el de enviarle a Isabel el manuscrito de su nueva novela". Algo que a la madre de Tamara Falcó no habría gustado porque lo que habría hecho es, según Cortázar, “devolverle una carta diciendo que su casa no es un hotel, que eso no lo va a tolerar, y rompe esa relación”.

Mario Vargas Llosa pensaba que se iba a encontrar con una respuesta positiva sobre el manuscrito de su novela, pero finamente eso no sucedió y ahí se terminó todo. Según Beatriz Cortazar, “eso es así y hay testigos, y ocurre horas después de esa conversación”.

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