“Su Majestad ha decidido que los descendientes del príncipe Joaquín (53 años) sólo podrán utilizar sus títulos de condes y condesa de Monpezat, y los títulos de príncipe y princesa que han ostentado hasta ahora se suspenderán”, así comunicó la reina Margarita (82 años) al mundo que había decidido realizar una serie de ajustes en la institución que afectaban directamente a los hijos de su hijo pequeño.

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Esta decisión sin precedentes provocó un enorme enfrentamiento familiar al que ella misma hacía referencia en su discurso de Año Nuevo: “Me duele el hecho de que la relación con el príncipe Joaquín y la princesa Marie haya atravesado dificultades, pero ahora estamos experimentando un momento más pacífico y reflexivo, y estoy segura de que la familia puede abordar el nuevo año con confianza, comprensión (…) Mis ocho nietos son mi gran alegría", sentenciaba.

Pues bien, uno de sus ocho nietos ha roto su silencio en televisión, una aparición muy esperada en la que no ha dudado en abordar la polémica familiar.

Familia real de Dinamarca

La reina Margarita de Dinamarca arropada por todos sus nietos

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Tal y como estaba previsto, Nicolás, Félix, Atenea y Enrique fueron despojados de sus títulos de príncipes y princesa el pasado 1 de enero. Ya convertido en conde y con muchas menos obligaciones institucionales, el primogénito de Joaquín y Alejandra de Frederiksborg ha concedido una entrevista al medio danés Billed-Bladet en la que ha mostrado una enorme decepción con su abuela.

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“Es una sensación extraña y una experiencia que hubiera preferido no tener”, empieza diciendo el modelo de 23 años. Sin otro camino que acatar la decisión de su abuela, mira al pasado y agradece con orgullo “los años en los que se me permitió ser príncipe de Dinamarca”, palabras en las que queda patente su disgusto.

Finalmente, Nicolás asegura que el cariño entre todos los miembros de su familia es inquebrantable, aunque no niega que han pasado por semanas muy complicadas: “Abrazo a toda mi familia con mucho amor en todo momento. Las dificultados y los desacuerdos pueden surgir en cualquier familia, incluida la mía. Todo el país ha sido testigo de esto”.

Estas declaraciones han caído como un jarro de agua fría en doña Margarita, quien confiaba en que las cosas se habían calmado con sus nietos. Según apuntó la propia monarca, el motivo principal de su decisión fue que sus nietos, a excepción de Christian, el heredero al trono, tuvieran la oportunidad de contar con más libertad sin estar atados a las obligaciones de la institución. Sin embargo, el propio Joaquín y ahora su hijo Nicolás siguen sin entenderlo y se lo han tomado como un "castigo" inexplicable. Solo el tiempo dirá si la familia real danesa vuelve a gozar de esa unidad de la que han presumido siempre.