Sonriente, magnética y muy espontánea. La infanta Elena ha desplegado todos sus encantos a su llegada a la XXXIV edición del Concurso de Pintura Infantil y Juvenil para Centros Escolares de Patrimonio Nacional en el Palacio Real de El Pardo. Un evento que ya presidió el año pasado y para el que los reyes Felipe y Letizia han vuelto a confiar.
Como muchas de las iniciativas de esta entidad, el certamen tenía como objetivo que los niños y jóvenes entendieran mejor la historia y contenido de los Reales Sitios a través de un acercamiento artístico.
Concretamente, este año, el tema del certamen son los interiores y exteriores de los monumentos, jardines y fuentes del Patrimonio Nacional, así como monumentos, palacios, monasterios, catedrales y otros edificios vinculados de alguna forma a la historia de la Casa Real española.
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La madre de Victoria Federica será la encargada de entregar los diplomas a los niños y jóvenes que han destacado en este concurso. Para la ocasión, ha elegido unos pantalones palazzo de estilo plisado y largo hasta los tobillos. El diseño destacaba por los peculiares estampados que se extendían a través de la tela. Para la parte de arriba, la tía de la princesa Leonor ha elegido una camisa azul marino que se ha arremangado a la altura de los codos.
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En las imágenes se puede apreciar que Elena ha elegido unos zapatos clásicos de tacón, así como lucir sus manos con un reloj y varias pulseras. Pero si ha habido un complemento que ha destacado ha sido el broche.
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De forma redonda, este complemento llevaba tela estampada con cuadros vichy y un pequeño elemento amarillo hecho con lo que parecen plumas. Aunque no sabemos que significa, sí que es evidente que es un guiño a su madre. La reina Sofía es una gran aficionada a los broches, los cuales luce en en sus apariciones con orgullo.
La confianza de Zarzuela
Desde hace un año, las infantas Elena y Cristina parecen haber protagonizado un acercamiento con los reyes Felipe y Letizia. La relación entre el monarca y sus hermanas se había enfriado desde hace casi una década por los escándalos que habían protagonizado. Sin embargo, poco a poco, parece que el vínculo entre ellos se ha ido restaurando.
Prueba de ello es la aparición conjunta de la infanta Cristina y el rey en la boda de su ahijada Victoria López-Quesada y Enrique Moreno de la Cova. A esto se suma que, durante una semana un tanto intensa, los reyes permitieron que la infanta Elena llevara a cabo este acto hasta en dos ocasiones. Pero esta confianza que han depositado en la madre de Froilán no es la misma que han dado a Cristina.
Según Monarquía Confidencial, Zarzuela no estaría dispuesta a que la infanta Cristina volviera a llevar a cabo actos oficiales, ni oficiales, sociales o culturales. Su procesamiento en el Caso Nóos hace que su imagen siga comprometida para la Casa Real. "Desde que tuvo que declarar por el caso Nóos, Zarzuela tuvo claro que no tendría un papel institucional", aseguran las fuentes del citado medio. Además, "la infanta también está en otro momento de su vida y lo único que quiere es pasar desapercibida", aseguran.
Una experta advierte sobre la infanta Elena
María José Gómez Verdú, experta en protocolo, ha analizado el papel de la infanta Elena dentro de la Casa Real española desde sus inicios. "Si miramos hacia el pasado, uno de los casos más llamativos durante los años 90 y primeros 2000, fue Elena de Borbón, quien asumió un papel activo en actos oficiales, inauguraciones, visitas culturales y compromisos solidarios", ha empezado la profesional.
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No solo destacó por eso, sino por ser "la primera mujer de la familia real española en tener una licenciatura universitaria, la primera en casarse públicamente según los nuevos tiempos y, en muchos sentidos, la más ‘real’ en su cercanía con la ciudadanía", ha continuado Verdú. Se podría decir que "a ojos del pueblo, era la figura estable, clásica y confiable, frente a una hermana menor más mediática (Cristina) y un hermano heredero aún en formación (Felipe)", ha analizado Gómez Verdú.
Su salida tras todos los escándalos supuso un antes y un después, según la experta: "Con la abdicación del rey Juan Carlos y la llegada del reinado de Felipe VI, el nuevo modelo de 'familia real reducida' reconfiguró el escenario. Elena, como también Cristina, dejó de formar parte del núcleo activo de representación". Un paso atrás que "aunque conserva su dignidad como infanta de España, su papel quedó simbólicamente diluido", asegura la experta.
Esto no solo la afectó a ella, sino también a la institución, ya que la privó de "un activo valioso: una figura que conocía el protocolo, aceptaba su posición con naturalidad y representaba continuidad sin conflicto", señala Verdú. Un activo que ahora habría vuelto en pequeñas dosis.
El gesto de Victoria Federica
Como muchos rostros conocidos, Victoria Federica fue una de las que acudió a la romería de El Rocío. Haciendo gala de sus habilidades como experta amazona, la joven llegaba montada a caballo a las calles del barrio de Triana. Sin poder ocultar la ilusión, la hermana de Froilán sonreía a las cámaras y se mostraba encantada de estar en este evento tan canónico de nuestro país.
Pero si hubo algo que llamó la atención fue el vestido que llevaba puesto. Un conjunto de falda naranja y blusa blanca que su madre, la infanta Elena, ya lució hace 55 años. La prenda de abajo llama la atención por el color naranja que contrasta con el ribeteado verde y los lunares blancos. Las cinco capas de volante añaden un movimiento que es un elemento más del outfit.
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En cuanto a la parte de arriba, la joven optaba por una blusa bordada con manga de farol y un pequeño lazo a juego. El estilismo lo cerraba unas botas de cowboy marrones, un pañuelo con el estampado de la falda que Victoria ha colocado sobre la camisa troquelada y un gran clavel rosa y rojo que adornaba su larga melena.