El capricho de 11.000 euros de Victoria de Suecia a su hija Estelle amarga la Navidad de la familia real

La polémica reforma de la casa de juegos de su vivienda en 2016 está amargando la Navidad de Victoria de Suecia y el resto de la familia real

La familia de Victoria de Suecia al completo, muy sonriente y elegante.

Gtres

Carmen Navas

Peridodista especializada en Casas Reales

29 de diciembre de 2022, 23:37

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Lejos de los grandes escándalos que están marcando las fiestas para otras casas reales europeas como la de Reino Unido o la de Dinamarca, la familia real sueca está haciendo frente a una Navidad muy apacible en la que por fin se han podido reunir todos. Unos días en los que Victoria (45 años) y Daniel de Suecia (49 años) han dado un paso al frente y en el que volvieron a protagonizar, como es tradición, una visita a trabajadores de un sector que se ven obligados a cumplir con su jornada laboral durante los festivos. Sin embargo, no todo han sido buenas noticias, ya que el medio 'Svensk Damn' ha recuperado una de las polémicas más comentadas de la pareja.

En concreto, la publicación ha sacado de nuevo a la luz el lujoso regalo que la princesa heredera le hizo a su hija Estelle (10 años) y que alcanzó las 100.000 coronas suecas, alrededor de 11.000 euros. Una cifra que muchos en el país consideran desproporcionada. En concreto, Victoria de Suecia decidió remodelar la casa de juegos que se encuentra en el recinto del palacio de Haga, la residencia en la que reside desde que se casó con Daniel en el 2010.

La casa de muñecas, antes de ser remodelada.

Kungaguset

Fue en el 2016 cuando la princesa heredera decidió reformar la casita con el objetivo de que su hija pudiera disfrutar del lugar tal y como había hecho ella cuando era pequeña. Para ello, contrató a un grupo de expertos que remodelaron el lugar, previo pago, eso sí, de 117.000 coronas. Una factura que salió a la luz por la política de transparencia de la casa real sueca y que no tardó en generar polémica, hasta el punto de que desde la propia institución tuvieron que salir públicamente a explicarse.

“El hecho de que la casa se conservara exactamente como era hizo que la remodelación fuera costosa. La casa de juegos está protegida como un monumento estatal y se menciona específicamente en el programa de atención y, por lo tanto, también se requiere un cuidado especial que una casa de juegos común no puede recibir”, comentó entonces la secretaria de prensa, Åsa Carlberg, a la Agencia Sueca de la Propiedad.

Una polémica que ahora ha vuelto a salir a la luz y que está empañando las fiestas de la familia real sueca, que disfrutan ya de una Navidad en familia marcada por la vuelta de Magdalena, lo que ha permitido que los reyes puedan pasar tiempo con sus ocho nietos.

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