Mucho se habló de si este 2018 sería el año en el que Isabel Pantoja regresaría a la romería del Rocío. Pero no será así. La tonadillera ha estado hace escasos días en el pueblo de la famosa ermita pero no se unirá a los cientos de personas que a pie y en carriolas ya han partido hacia el pueblo de Huelva. ¿El motivo? El estado de su casa.

Al parecer, pese a haberlo intentado, la casa no está acondicionada para albergar a los invitados que años atrás ocuparon sus habitaciones, bebieron en su salón y comieron en su cocina. A Pantoja le encanta ser una buena anfitriona y en esa casa ha ofrecido las mejores fiestas de su vida, de ahí que los buenos recuerdos se agolpen entre sus muros.

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Hace dos años, cuando atravesaba un complicado momento económico, pensó en ponerla a la venta como hizo con otras de sus propiedades, pero esto era especialmente doloroso dado lo feliz que ha sido en ella.

La compró en 2001 y se trata de una casona de 400 metros cuadrados, ideal para acoger a un buen grupo de amigos durante la romería. Posee 10 dormitorios, algunos de los cuales cuentan con literas, por lo que se multiplica su capacidad para que los invitados pernocten.

Como decimos, dado que Isabel hace años que no convierte su casa en uno de los epicentros de la romería, la casa necesita una puesta a punto, que no ha estado lista para este año.

Además, una nueva polémica le salpica. Tal y como señala ‘El programa de Ana Rosa’, Isabel debería 40.000 euros en concepto de gastos de alquiler y mantenimiento de las dos carriolas que posee, y que, desde hace 5 años, habría dejado al cuidado de uno de los vecinos de la zona.