Ana Belén, 74 años: "Con mis dos hijos, Marina y David, he sido una madre muy estricta"

En 2018, ocurrió algo absolutamente insólito. Ese año, los premios Fotogramas de Plata nominaban a dos miembros de una misma familia a sus galardones. Madre e hija. Al menos, estas no competían en las mismas categorías. Nos referimos a Ana Belén y a su hija pequeña, Marina San José, quien, habiendo crecido entre guiones, órdenes de rodaje y demás parafernalia del cine, tomó la decisión de seguir los pasos laborales de su progenitora. 

Entonces, Lecturas pudo hablar con la orgullosísima madre, quien se definía como estricta en su rol de educadora. 

¿Tienes más nervios por ti o por tu hija?
-Siempre pasas más nervios cuando no tiene que ver contigo. Siempre que voy a un estreno suyo me entran esos nervios. Pero me hace mucha ilusión. A estas alturas de mi vida, estar nominada es un gusto, realmente.

¿A tu hija le das consejos?
-Mira, cuando eres joven no aceptas consejos. Lo sé por experiencia [risas].

¿Has sido muy rebelde?
-¿Rebelde? ¡He sido joven, he sido una ‘destroyer’!

Bajo esa serenidad, ¿hay una mujer luchadora?
-Intento mantener la serenidad. Ya bastantes momentos de crispación te da la vida.

También reivindicativa.
-No creo que haya sido o sea algo especial, pero es lo que nos ha tocado a la gente de mi generación. Y cuando ya parecía que vendrían otros, pues resulta que no, que tienes que seguir ahí.

¿Cómo has logrado mantenerte a ti a tus hijos fuera del foco mediático?
-No es ningún mérito, pero luché por ello. Mucho. Y fui muy intransigente. Tampoco he pretendido ser ejemplo de nada. He hecho lo que debía y tenía que hacer con respecto a dos niños que no tenían por qué estar ahí. Con esto no quiero decir que critique a otras personas que hacen lo contrario.

¿Eres muy celosa de tu intimidad?
-Lo soy. Lo sigo siendo. Yo entiendo que la gente que me reconoce se me acerque. Además, lo agradezco mucho. Como cuando me dicen: “Qué mala estás siendo en la serie”. Lo agradezco mucho.

Tu hija, Marina San José, ha seguido tu camino como actriz.
-Yo lo que siempre le he dicho es que hay que estudiar. Hay que estar preparado en
la vida.

¿Cómo eres como abuela, más consentidora que como madre?
-He sido muy consentidora y muy estricta como madre y como abuela. Soy un encanto [risas].

¿Afrontas bien el paso del tiempo? ¿Te afectan las arrugas?
-Te darías un susto si te durmieras y te despertases siete años después, pero si tú te miras al espejo cada día, te conoces y te sabes. Y me río. Tengo arrugas porque me río.