La tragedia se cebó en 1968 con Los Bravos, el conjunto musical responsable de éxitos tales como ‘Black Is Black’ y ‘Los chicos con las chicas’. Un accidente automovilístico y un posterior suicidio nacido de la culpa tiñeron de luto sus melodías.
Manolo y Lotty estaban esperando su primer hijo
Esta es la triste cronología de los hechos. Día 17 de marzo. El teclista del grupo, Manolo Fernández Aparicio, se casa con Lotty Beatriz Rey, una hermosa joven suiza a la que había conocido cuatro meses antes en un programa de televisión italiano.
Día 29 de abril. Miguel Vicens, bajista de la banda, contrae matrimonio en la iglesia de San Juan de Malta, de Palma de Mallorca, con Norma Perriman, una modelo galesa. Lo arropan en el enlace todos sus compañeros de Los Bravos incluido Manolo, que asiste acompañado de Lotty. La pareja está esperando su primer hijo.
Tras el banquete, Manolo y Lotty se dirigen en su descapotable al hotel de Valldemossa en el que se hospedan. Durante el trayecto, se encuentran con un camión en una curva. Manolo frena bruscamente y sale disparado del vehículo, que da varias vueltas de campana con Lotty en su interior. El músico sobrevive al accidente, con heridas leves. Su esposa, no.
“He matado a Lo”
Tras el entierro de Lotty, Manolo no deja de torturarse. “He matado a Lo”, llega a decir a su mánager. Intenta cortarse las venas, sin éxito, e ingresa en un psiquiátrico por depresión. “Me mataré de todas maneras”, dice al salir con el alta.
Día 19 de mayo. Uno de sus mejores amigos, José Luis Bermúdez, lo encuentra en su domicilio de Madrid, muerto de un disparo tras buscarse el corazón con una escopeta. “Manolo estaba tendido sobre la cama, abrazado a la almohada de Lotty, con varias fotografías de ella sobre las sábanas”, relata José Luis. Mientras estaba en el psiquiátrico, Manolo repetía: “Cuando me mate, quiero que me lleven al lugar donde está Lo”. El 22 de mayo es enterrado en el cementerio de San Justo, justo al lado de su esposa.
Después de la muerte de Manolo, Los Bravos reaparecieron con un nuevo teclista que llevaba su identidad oculta tras un disfraz, lo que despertó morbosas especulaciones entre el público. Tras el concierto, el grupo asistió a una corrida del Cordobés en la plaza de toros de Badajoz. Cuando el torero brindó la faena al misterioso teclista, este reveló que era el músico inglés Peter Shelley.
