EXCLUSIVA | Innmir, profesora de día y DJ de noche: "Me mola mucho que padres y madres de mis alumnos puedan venir a verme actuar"

Miriam Boluda compagina su papel como maestra infantil con la música y las sesiones en discotecas y festivales de música

Pablo Casal
Pablo Casal

Coordinador digital de Lecturas

La DJ Innmir, en el set
Desalia

Una década a los mandos del mezclador. Miriam Boluda lleva diez años sorprendiendo con su set como DJ en clubes y festivales, a los que viaja con novedades musicales que, después, acumulan escuchas y visualizaciones en Spotify o Youtube entre quienes se quedan enamorados con su propia versión.

Durante la semana y en su día a día, es maestra de educación primaria en un colegio valenciano, donde también tiene muy clara la lección principal que quiere que se lleven a casa en la mochila sus alumnos y alumnas cuando termina su jornada lectiva.

La conocimos en Desalia Barceló 2025, pero lleva cuatro años acudiendo al festival, donde su noche se convierte entre las favoritas de periodistas, influencers y los ganadores de los sorteos para acudir a la gran cita. Con una apertura arriesgada al ritmo de 'Abracadabra' de Lady Gaga ya nos tiene enamorados.

En la revista Lecturas hemos hablado con ella para que nos cuente cómo compagina su labor como maestra con la tarea de pinchar en diferentes sesiones, donde se deja llevar entre los hits de hoy y de siempre, con especial atención al 'indie'. Volvemos a escuchar su voz, que tiene esa luz de la que hablaba en su propia creación y composición musical hace ya más de 5 años.

Profesora y DJ

Allá por enero del 2015, Innmir se lanza con una amiga a un proyecto que bautizaron como 'Groupies DJs', donde comenzó su etapa como disc-jockey: "Yo trabajaba ya en el mundo de la noche como camarera, relaciones públicas y es verdad que yo estudio música desde que tengo cinco años; toco el piano, el clarinete, soy maestra de música".

No le "apetecía tanto estar poniendo copas o repartiendo 'flyers'", así que se lanzó a la pista para cruzar hacia el controlador para "poner la música" y la banda sonora de las horas de fiesta de quienes acudían a esos locales para despejarse y bailar hasta bien entrada la madrugada.

"Cuando empezó la cosa a profesionalizarse, nos llamaban de festivales y yo quería cantar y producir, me di cuenta de que quería que esto fuera un proyecto ya profesional en serio, así que nació Innmir y comenzó mi carrera en solitario", recuerda Miriam.

Para ella "es fácil" hacer compatible esa pasión con su otra vocación como maestra, porque los horarios se llevan relativamente bien: "Es bastante compatible, porque la docencia es de lunes a viernes y luego vacaciones y fines de semana, lo tenemos libre, es bastante guay de compaginar".

Una rutina diaria para sentar la cabeza

"Obviamente, el cansancio es el que es", reconoce Miriam en nuestra conversación, pero también agradece tener esas dos oportunidades conviviendo a la vez, porque le ayuda a "sentar la cabeza", ya que no se queda descansando demasiado en esa parte "emocional de los artistas, que cuando se bajan del escenario esas emociones te comen".

"Esto pasa, precisamente, porque no hay una rutina en su día a día. El hecho de trabajar en algo con un horario, interactuar con gente me ayuda a tener mucha salud mental y a tener la cabeza amueblada y la mente ocupada. Es fundamental para un artista, por todos los casos que veo y conozco", reflexiona sobre la vía de escape que supone para ella disfrutar de las clases como profesora.

Los padres de sus alumnos, entre su público como DJ

Considera que su público está más en los festivales, donde disfruta de una experiencia "más única", ya que acude a ellos cada cierto tiempo: "El número de gente que te ve es mucho mayor y yo creo que la responsabilidad y los nervios también son más grandes, por lo que es más especial".

Cuando piensa en sus mezclas, con un sello muy especial, busca que le emocionen, porque si a ella "se le ponen los pelos de punta", cree que la gente también lo hará. "Busco también la técnica y la armonía a nivel de ritmo, pero sobre todo que la gente se venga arriba".

"Los padres y madres de mis alumnos me han llegado a pedir entradas para verme en el set y me encanta no tener que esconderme, porque parece que el mundo de la noche está muy estigmatizado, pero es maravilloso y es para pasarlo bien y disfrutar. Ser DJ no tiene que ver con nada malo y me mola mucho que puedan venir a verme actuar cuando no estoy con sus hijos", nos cuenta con orgullo.

Un mundo con más referentes femeninos

Hace 10 años, cuando Innmir comenzó su andadura en este mundo, no había tantos referentes femeninos entre los DJs. "Poco a poco, gracias a las que estamos luchando por ello se ha avanzado mucho, pero falta todavía, porque los promotores nos tienen que ver no como una mujer DJ, sino como una artista. Que no nos contraten por llenar el cupo de mujeres en la programación, sino porque realmente les mola lo que hacemos", reivindica.

Cada año regresa a Desalia para ofrecer sus mejores versiones, pero también para disfrutar de algo que es "como un 'Gran Hermano'". "Es tan especial lo que se vive ahí que realmente el tiempo pasa, pero no te das cuenta. Es una experiencia y las amistades que haces son súper fuertes", celebra.

Innmir DJ
Desalia

Le pedimos, para terminar, una lección que comparta como profesora a sus alumnos: "Sobre todo, lo que les digo es que tengan mucho cuidado con las palabras que dicen para no ofender a los demás y que si no tienen nada que decir, que no lo digan. Que sean buenas personas y sean agradecidos con lo que tienen , con la vida y que no hagan sentir mal a los demás".

"Como DJ, diría prácticamente lo mismo y que a parte de luchar por tus sueños, ser buen compañero y compañera con los demás, que creo que es algo que en la industria musical falta un poco, porque al final todos quieren llegar a lo más alto", concluye.