"No entiendo como aguanta tanto vaivén emocional y aún sigue indemne"

8 de junio de 2015, 18:09

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Escuché decir a Alessandro Lequio en ‘El programa de Ana Rosa’ que le resultaba curioso que cada vez que se aproximaba un “Belenazo” saltaba una suculenta noticia relacionada con su vida para dar mayor impulso a su reaparición. Venía a decir Lequio que las vueltas al plató de Belén estaban milimétricamente estudiadas para que la audiencia respondiera de forma masiva. No es verdad. Todas las cosas que a uno pueden pasarle en la vida le suceden a Belén en un corto espacio de tiempo: amores, desamores, bajada a los infiernos, recuperación, elevación a los altares, descenso al subsuelo. Todo le pasa a ella.

No entiendo cómo aguanta tanto vaivén emocional y aún sigue indemne. Es como el junco del Dúo Dinámico, que se dobla pero siempre sigue en pie. Belén Esteban reapareció el viernes en el ‘Deluxe’ y, de nuevo, calló las bocas a todos aquellos que sostenían que el juguete se había roto definitivamente. Arrasó en audiencia – un 23.2– y aunque muchos de los que la vieron no la soportan está claro que no provoca indiferencia, que en televisión es la muerte. Ha pasado un mes desde que finalizara GHVIP. Esteban ha tenido tiempo de reflexionar y enfriarse. Estuvo muy bien en la primera parte del programa, explicando su situación sentimental con “Mi Migue” y luego aguantó con acierto los reencuentros con sus compañeros. Pausada, sincera e incluso divertida a veces. El mejor resumen de su paso por el programa me lo hizo un amigo a través de whatsapp: “Esta es la Belén por la que Belén Esteban se ha convertido en Belén Esteban”. Que no se me olvide decirle que debe dejar de hablar de sí misma en tercera persona.

 

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