8 de abril de 2017, 11:39
Monedero es ahora un tertuliano de relleno
Veo a Juan Carlos Monedero sentadito en un banco en el programa de José Mota y me da no sé qué. Dice Mota que le encanta que un hombre se llame “Monedero” y que ya le rechifla si se apellida “Billetero”. Ante la ocurrencia del actor el político intenta sonreír, pero no lo consigue del todo. Creo que Monedero tiene helada la sonrisa desde hace ya algún tiempo. Atrás quedó la época en la que se le veía como a un señor poderoso que podía sacarte los colores con un par de frases no excesivamente largas. De primera espada ha pasado a tertuliano de relleno. Su presencia en un programa da color, pero ya no te asegura buenos datos de audiencia. No hay de qué extrañarse: le sucede lo mismo al partido al que pertenece. Podemos navega a la deriva y su patrón, Pablo Iglesias, no acierta a encontrar el tono en sus discursos parlamentarios. Habla para que le aplaudan en las redes, que es el terreno en el que mejor se maneja. Ahora mismo, las huestes de Podemos que lean este artículo me estarán poniendo fino vía internet porque no toleran la más mínima crítica. No me importa. Después de ver en lo que ha quedado este partido que nos iba a sacar de la tristeza solo me dan ganas de escribir “No era esto, compañeros. No era esto”. Necesitamos un Podemos con más alegría y menos rencor.
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