2 de octubre de 2015, 08:54
"Los que hace un mes te consideraban el Rey Midas de la televisión te empiezan a empujar al infierno"
A propósito de la promoción de mi novela ‘Último verano de juventud’ mantengo entrevistas con varios compañeros. Uno de ellos me cuenta que en la redacción de su revista se mantuvo un apasionado debate sobre cuál debía ser mi futuro en televisión. Como en una semana habían retirado ‘Cámbiame Premium’ de la programación y el ‘Deluxe’ había perdido frente al estreno de ‘Tu cara me suena’ consideraban que mi tiempo en televisión podría estar llegando a su fin. Me hablaba de Sardá, de Buenafuente, de la necesidad de reinventarse para no caer en el olvido. Me divirtió la intensidad con la que se explicaba, intentando hacerme partícipe de un debate tan decisivo para mi futuro. Le tranquilizo. En este negocio estamos de paso aunque me parecen exagerados sus razonamientos. ¿Veinte años de carrera tirados por la borda por los datos de una semana? Resulta tan asombroso como divertido comprobar cómo los que hace un mes te consideraban por su cuenta y riesgo el Rey Midas de la televisión te empiezan a empujar al infierno. Menos mal que todo esto me pilla con cuarenta y cinco años porque me toca vivirlo con veintipocos y me vuelvo loco. Perdón: me vuelven loco.
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