Como editora de belleza, pruebo muchos tratamientos al año. Algunos me sorprenden, otros me dejan igual, y muy pocos me hacen escribir con verdadero entusiasmo. Este es uno de ellos. Con el verano a la vuelta de la esquina, los bikinis esperando en el armario y las ganas de sentirme mejor con mi cuerpo, decidí poner a prueba el tratamiento lipolítico en mesoterapia, una de las técnicas más comentadas del momento para reducir grasa localizada sin pasar por quirófano.
Mi amiga María, también periodista como yo, me había hablado de este tratamiento y de sus beneficios, así que me atreví a probarlo (a pesar de mi miedo a las agujas). Lo hice en Clínicas Kiharu, que justo acaba de abrir nueva clínica en Madrid (Paseo de la Habana 28), y con el doctor Marcos Sánchez, que tuvo mucha paciencia conmigo porque he de confesar que iba un poco nerviosa. Dicho esto, te cuento todo lo que debes saber sobre este tratamiento si estás pensando en hacértelo de cara al verano. ¡Sigue leyendo y toma nota!
¿Qué es exactamente este tratamiento?
Vamos por partes. El tratamiento lipolítico en mesoterapia es una técnica médica no quirúrgica pensada para disolver depósitos de grasa que ni la dieta ni el ejercicio consiguen eliminar. En mi caso, a pesar de llevar una dieta sana y hacer deporte, no conseguía eliminar ese 'michelín' en la zona de la tripa, así que lo hice en la zona del abdomen. Aunque, también puedes hacerlo en otras zonas como los flancos, la cara interna de los muslos o incluso la papada.
Lo que hace este tratamiento es infiltrar en la zona a tratar una combinación de sustancias que actúan directamente sobre las células grasas (adipocitos). La estrella de este cóctel es la fosfatidilcolina, un tipo de "detergente biológico" que ayuda a disolver la grasa. Se combina con desoxicolato sódico, que rompe la membrana de las células grasas para que el cuerpo pueda eliminarlas a través del sistema linfático.
En mi caso, el protocolo se completó con otras enzimas como hialuronidasa y L-carnitina, que no solo ayudan a mejorar la textura de la piel, sino que además activan el metabolismo local y favorecen el drenaje. Todo esto suena muy técnico (y lo es), pero lo interesante es el resultado.
¿Cómo es la sesión?
Te lo cuento como lo viví. La sesión duró unos 30 minutos. Me infiltraron el producto con microagujas directamente en el abdomen. No voy a mentir: no es totalmente indoloro, pero tampoco es algo que no se pueda soportar. La molestia es mínima y muy localizada. Tras la sesión, noté un leve enrojecimiento y una sensación de calor en la zona, que me explicaron es completamente normal. Durante las siguientes 48-72 horas también sentí un poco de inflamación y cierta sensibilidad, por lo que se recomienda llevar una faja compresora para minimizar estos efectos y ayudar al drenaje. En mi caso, me la puse para dormir y para estar en casa, y lo cierto es que funcionó muy bien.
¿Por qué está tan de moda?
Según el doctor Marcos Sánchez, "Cada vez más personas buscan alternativas eficaces a la liposucción, pero sin cirugía, sin cicatrices y sin periodos de baja. La mesoterapia lipolítica ofrece eso mismo: resultados visibles en zonas localizadas, con protocolos totalmente personalizables y mínimamente invasivos". Además, el avance en la formulación de los compuestos ha permitido que se adapten a cada caso concreto. "Hoy en día combinamos ingredientes no solo para eliminar grasa, sino para mejorar la piel, activar la circulación y acelerar la recuperación".
¿Para quién está indicado?
Este tratamiento no es un milagro para perder peso de forma general. Lo dejo claro desde ya. Está pensado para quienes tienen pequeños acúmulos de grasa localizada que no responden a dieta ni ejercicio. En mi caso, entreno regularmente y cuido mi alimentación, pero ese michelín abdominal seguía ahí, desafiando mis esfuerzos.
Tampoco está recomendado para personas con obesidad ni como método de adelgazamiento global. Es ideal para redefinir contornos, afinar la silueta y mejorar la textura de la piel.
¿Cuántas sesiones se necesitan?
Yo he hecho 3 sesiones y ya noto los cambios, pero lo habitual, según me explicó Marcos, es hacer entre 3 y 6 sesiones, con un intervalo de 15 a 30 días entre cada una. Así se da tiempo al cuerpo para eliminar los adipocitos destruidos y a que baje la inflamación.
Los efectos son progresivos y naturales, lo cual también me gusta. No hay cambios bruscos, pero sí visibles. El abdomen se ve más plano, más definido y la piel más lisa.
Además, me indicaron que si mantengo mi estilo de vida, no necesitaré sesiones de mantenimiento a corto plazo, aunque algunas personas optan por una al año como recordatorio.
¿Merece la pena?
Si lo que buscas es un tratamiento no invasivo y que ofrezca resultados, este lo es. Me ha gustado que no se trata de un protocolo estándar, sino que el cóctel de activos se personaliza según el perfil del paciente y la zona a tratar. Y lo mejor: sin bisturí, sin baja médica y con efectos visibles en pocas semanas. Por eso entiendo que cada vez más personas recurren a esta técnica para preparar el cuerpo de cara al verano.
Mi veredicto final
Soy consciente de que no existe el tratamiento perfecto para todos, pero en mi caso este ha sido un gran aliado pre-verano. Me ha ayudado a afinar la zona abdominal, mejorar la piel y, sobre todo, sentirme más cómoda con mi cuerpo.
Otro tratamiento que me han recomendado y que me gustaría probar
Emsculpt Neo
Es un procedimiento de modelamiento corporal no invasivo (no requiere recuperación) e indoloro que emite simultáneamente dos energías: radiofrecuencia y energía electromagnética de alta intensidad. Tras realizar este tratamiento, las células grasas se eliminan lentamente del cuerpo y las fibras musculares tensadas inician un proceso de crecimiento. Los resultados son inmediatos y en una primera sesión de 30 minutos consigue eliminar grasa localizada y activar el desarrollo muscular.
Según nos cuentan las expertas de Olalla Álvarez Aesthetic, clínica donde se realiza este tratamiento, "la combinación de radiofrecuencia y energía electromagnética provoca un doble efecto en los tejidos. Gracias al calentamiento por radiofrecuencia, la temperatura muscular sube rápidamente, lo que prepara los músculos para la exposición al estrés, un proceso similar a lo que ocurre en un preentrenamiento. En menos de cuatro minutos, la temperatura en la grasa subcutánea alcanza niveles que causan apoptosis, es decir, las células grasas se dañan permanentemente y se eliminan lentamente del cuerpo. El estrés extremo fuerza al músculo a adaptarse, lo que aumenta el número y crecimiento de las fibras musculares y las células. Los estudios clínicos avalan una reducción del 30% en la grasa subcutánea y un 25% del aumento del volumen muscular".
¿En qué partes del cuerpo puedo realizármelo?
Gracias a sus tres tipos de aplicadores, Emsculpt Neo puede tratar hasta nueve zonas corporales, incluyendo las partes del cuerpo más difíciles de esculpir como bíceps, triceps, abdomen, glúteos, pantorrillas o flacos.
Emsculpt Neo trabaja el levantamiento y fortalecimiento de los glúteos, generando contracciones profundas que equivalen a la actividad corporal generada por 20.000 sentadillas. Mediante esta terapia, se logran contracciones musculares supramaximales que normalmente no son posibles de alcanzar, incluso con el ejercicio más intenso.
Aplicado en la zona de los brazos, este tratamiento ayuda a combatir la flacidez causada por la pérdida de firmeza de la piel debido a la pérdida de las fibras de colágeno y elastina.
El abdomen es uno de los nuestros ‘’peores enemigos’’. Emsculpt Neo nos permite quemar grasa y desarrollar músculo en la región abdominal generando una actividad corporal equivalente a 20.000 abdominales. Como resultado, un abdomen más plano y firme.
