Sí, te maquillas como una experta y sabes sumarte a todas las tendencias (que realmente merecen la pena). Sin embargo, si eres de las que mima su neceser como un tesoro, seguro que sabes que tus brochas de maquillaje merecen un trato cinco estrellas. Pero, si eres de las que (como muchas) se les escapa la rutina de limpieza... tranquila, estás en el sitio adecuado.
Porque hoy vamos a hablar de cómo limpiar tus brochas de maquillaje como una auténtica profesional: qué productos usar, cada cuánto hacerlo, y sí, incluso cómo hacer un líquido casero para lavarlas si te pilla sin stock.
¿Por qué es tan importante limpiar las brochas?
Primero, pongámonos serias (pero solo un poquito): limpiar tus brochas no es un capricho beauty. Es una cuestión de salud de la piel. Una brocha sucia acumula restos de maquillaje, aceites, polvo, bacterias... y cada vez que la usas, todo eso vuelve a tu rostro. ¿Resultado? Brotes de acné, irritaciones, infecciones o esa textura irregular que ni la mejor base consigue disimular.
Según los dermatólogos expertos, deberíamos limpiar nuestras brochas al menos una vez a la semana si las usamos a diario. Y si hablamos de brochas para productos líquidos (base, corrector, etc.), lo ideal sería limpiarlas incluso dos veces por semana. ¿Te parece mucho? Tu piel te lo va a agradecer con creces, créeme.
Cada tipo de brocha, su limpieza ideal
No todas las brochas son iguales, ni todas se limpian de la misma manera. De hecho, si lo piensas tiene lógica. ¿Cuál es la guía de cada una? A modo de resumen podríamos decirte que:
- Brochas de productos líquidos y en crema (base, corrector, iluminador). Requieren limpieza más frecuente. Usa jabón o limpiadores específicos que eliminen bien la grasa.
- Brochas de polvos (polvos compactos, colorete, bronzer). Al no tener aceites, puedes espaciar la limpieza una vez por semana.
- Brochas de ojos (sombra, eyeliner). Necesitan limpieza semanal (mínimo) para evitar infecciones o conjuntivitis.
- Esponjas de maquillaje. ¡Atención! Las esponjas acumulan muchísima humedad. Límpialas tras cada uso si puedes.
¿Qué jabón usar para limpiar las brochas?
Aquí viene una de las grandes preguntas del millón: ¿qué jabón usar para limpiar tus brochas de maquillaje?
- Jabón neutro o de bebé. Es una opción ideal porque limpia en profundidad sin dañar las cerdas. Además, deja un olor delicioso.
- Champú suave. Especialmente para brochas de pelo natural. Hidratantes, suaves, y cuidadosos con las fibras.
- Jabones sólidos especiales para brochas. Se han puesto muy de moda y son ultra cómodos. Frotas la brocha húmeda sobre el jabón y listo.
- Limpiadores específicos para brochas. Si buscas rapidez, algunos sprays permiten limpiar al instante sin mojar la brocha.
Un truco personal… Combina un jabón neutro con unas gotas de aceite de oliva para las brochas más sucias o apelmazadas. ¡Quedan como nuevas!
Gtres
Cómo hacer un líquido casero para lavar las brochas
¿No tienes limpiador específico? No pasa nada. Te voy a enseñar a hacer tu propio líquido casero para lavar las brochas. ¡Sencillo, eficaz y versión low cost!
Necesitas:
- 1 taza de agua tibia.
- 1 cucharada de jabón de bebé o lavavajillas suave.
- 1 cucharada de vinagre blanco
Cómo usarlo:
- Mezcla todo en un bol.
- Sumerge solo las puntas de las brochas (nunca las bases, para no dañar el pegamento).
- Mueve suavemente para que el líquido penetre en las cerdas.
- Aclara con agua tibia.
- Seca con cuidado (te cuento cómo más abajo).
El vinagre tiene propiedades desinfectantes naturales, así que es un plus para eliminar bacterias.
Paso a paso: cómo limpiar tus brochas (sin estropearlas)
- Humedece las cerdas. Solo las cerdas, jamás el mango.
- Aplica jabón. Puedes frotar la brocha en la palma de tu mano o usar una alfombrilla limpiadora específica (¡divertidísimo!).
- Aclara bien. Hasta que el agua salga limpia, muy limpia.
- Moldea las cerdas. Recupera su forma original con los dedos.
- Secado perfecto. Colócalas en horizontal sobre una toalla, con la cabeza ligeramente hacia abajo. Nunca en vertical (el agua puede filtrarse y estropear el mango).
- Paciencia. Deja que sequen al aire libre, sin prisas ni secadores.
Un truquito de experta. Me lo contó un diseñador: si quieres que tus brochas huelan muy bien, añade una gota de aceite esencial (lavanda, árbol de té, etc.) al jabón cuando las limpies.
¿Cada cuánto limpiar cada brocha?
Aquí te dejo la regla de oro para que no te líes:
- Brochas de base y corrector. Limpieza recomendada: 2 veces por semana porque acumulan producto líquido y aceites que pueden obstruir los poros y provocar brotes de acné.
- Brochas de polvos, colorete y bronzer. Limpieza recomendada: 1 vez por semana. Al trabajar con productos secos, se ensucian más despacio, pero no te confíes: el polvo y la grasa natural de la piel también se acumulan.
- Brochas de sombra de ojos. Limpieza recomendada: 1 vez por semana para evitar infecciones oculares y lograr un difuminado perfecto en cada look.
- Brochas de eyeliner y cejas. Limpieza recomendada: después de cada uso. ¡Imprescindible! Son brochas de precisión y trabajan con productos muy pigmentados. Además, la higiene ocular es fundamental.
- Esponjas de maquillaje (tipo Beauty Blender). Limpieza recomendada: después de cada uso. Su textura absorbe mucho producto y humedad, lo que las convierte en el caldo de cultivo perfecto para bacterias si no las limpias bien.
¿Qué pasa si no limpias las brochas?
Sé que da pereza (y mucha), sobre todo cuando llegas a casa cansada, con mil cosas en la cabeza y lo último que te apetece es ponerte a limpiar brochas. Pero aquí tienes una razón de peso para vencer la tentación de dejarlo para mañana: no limpiar las brochas puede provocar infecciones cutáneas, aparición de granitos, brotes de acné, irritaciones y hasta alergias. ¿De verdad quieres arriesgarte a estropear la piel que tanto cuidas?
Además, el maquillaje no se aplica igual. Cuando las brochas están sucias, el producto se reparte de manera desigual, se mezcla mal, los colores pierden intensidad y ese acabado de piel de muñeca perfecta se convierte en un parcheado irregular que no tiene nada de glamuroso. Da igual lo buena que sea tu base o lo bonita que sea tu paleta: si las herramientas no están limpias, el resultado siempre quedará a medias.
La limpieza de tus brochas es una forma de respeto hacia tu piel. Igual que eliges la mejor crema hidratante, el sérum más potente o el protector solar más eficaz, cuidar de tus herramientas es cuidar de ti misma. Tu piel te lo agradecerá con un aspecto más luminoso, uniforme y saludable. Así que ya sabes: convertir la limpieza de tus brochas en un hábito puede marcar un antes y un después en tu rutina beauty.